Hay momentos en la NFL que parecen sacados de un viejo refrán: "No hay mal que dure cien años", pero a veces el mal se estira y duele. Kansas City Chiefs, esa dinastía que nos malacostumbró a Super Bowls y comebacks imposibles, hoy transita un 2025 incierto, con un récord de 5-5 que los deja tambaleando en la AFC.
Los Chiefs vienen de una derrota dura ante los Denver Broncos, uno de esos equipos emergentes que están redefiniendo la conferencia –junto a los New England Patriots y, precisamente, los Indianapolis Colts, sus rivales este domingo en la Semana 12–.
En la NFL nada es eterno…incluso para los reyes. Pero, con Patrick Mahomes al mando y Andy Reid en el sideline, siguen siendo candidatos perpetuos, esos que uno nunca descarta hasta que suene el último silbato. Los Colts, con su impresionante 8-2, llegan como la revelación absoluta, descansados tras su bye week y con un ataque que promedia más de 32 puntos por partido, liderando la liga en ofensiva.
Es un contraste brutal: mientras Kansas City lucha por encontrar ritmo, Indianapolis se planta como un equipo sólido, con una defensa oportunista y un vestuario que parece haber encontrado la fórmula ganadora. Para los Chiefs, este partido en Arrowhead es una prueba de supervivencia. Caer a 5-6 complicaría todo, con un calendario que incluye duelos divisionales y rivales directos por lo que ya tendría que ser sí o sí una lucha por quedarse con uno de los tres boletos de comodín. Y en el fondo, late esa pregunta que nadie quiere hacer en voz alta: ¿estamos viendo el ocaso de una era?
Porque sí, Mahomes sigue siendo ese mago que convierte jugadas rotas en oro, con su brazo y su instinto intactos. Reid, el maestro de las ofensivas creativas, aún dibuja esquemas que desarman defensas. Pero el equipo no es el mismo. La ofensiva ha promediado menos de 22 puntos en sus últimos cinco juegos, y las derrotas –todas por una posesión– hablan de detalles que antes salían a favor y ahora conspiran en contra.

La defensa, que solía forzar turnovers clave, ahora permite conversiones en terceros downs que duelen. Y Arrowhead, ese estadio que era un fortín inexpugnable, ha visto tropiezos inesperados.
Luego está Travis Kelce, el 87 que transformó el rol de tight end en algo legendario. A los 36 años, con el cuerpo acumulando millas y rumores que circulan como ecos en el viento –que esta podría ser su última temporada, que el desgaste de los playoffs consecutivos pesa–, Kelce sigue siendo el corazón del equipo. No es el dominador de antaño, con rutas más medidas y algún drop ocasional, pero sus destellos –recepciones clave, liderazgo en el vestuario– recuerdan por qué es futuro Hall of Famer. Imagina un adiós sin playoffs: sería como una sinfonía inconclusa, un cierre amargo para una sociedad con Mahomes que definió una década.
Desde lo táctico, este duelo promete ser un ajedrez de alto voltaje. La clave principal radica en el juego terrestre: la defensa contra el juego terrestre de los Chiefs, que ha permitido 1000 yardas en 239 acarreos esta temporada (un promedio de 4.18 por intento), se enfrentará a Jonathan Taylor, el running back estelar de los Colts que lidera la liga con 1139 yardas y 15 touchdowns en solo 189 intentos.
Taylor, con su explosividad y visión, podría explotar gaps en una línea defensiva de Kansas City que ha mostrado grietas, especialmente sin piezas clave lesionadas. Si Steve Spagnuolo no ajusta con stacks en la caja y presiones oportunas, los Colts podrían controlar el reloj y abrir el play-action para Daniel Jones, quien ha renacido en Indianapolis con pases precisos y movilidad inesperada.
Amigos de Mundo NFL, el partido de este fin de semana es una reflexión sobre ciclos, resiliencia y legados. ¿Podrán los Chiefs, con su pedigrí, revertir la marea contra unos Colts que representan el nuevo orden? Como dice el dicho: "Después de la tormenta, siempre sale el sol". Veremos si este refrán es un augurio para Kansas City, que quiere seguir manteniéndose en boca de todos y llegar con chances de hacer ruido en enero.





