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La previa de w17: el cuento de Navidad de los Bengals

Nos metemos de lleno en mitad de las fiestas navideñas con las dos últimas jornadas de la temporada regular. El espectáculo que nos brindaron Chiefs, Ravens, Texans y Steelers fue el preludio para una semana 17 que nos deja con una serie de encuentros de una importancia vital. Entre todos los equipos que se están jugando seguir vivos en el mes de enero, nos encontramos con uno al que solo puede recuperarlos uno de esos milagros tan famosos que se dan en esta época del año. El cuento de Navidad de 2024 puede ser escrito por los Cincinnati Bengals y su última esperanza para darle sentido a un curso con demasiados altibajos.


A principios de septiembre, éramos muchos los que colocábamos a los Bengals como uno de esos conjuntos que estaban construidos para robarle el trono a los Kansas City Chiefs. Sin embargo, el inicio de temporada fue devastador, algo que se repite una y otra vez desde que Zac Taylor es su entrenador en jefe. Si Joe Burrow era capaz de mantenerse sano, a pesar de los malos inicios, el equipo encontraba la manera de llegar en muy buen estado de forma a final de año, siendo uno de los rivales más duros para Mahomes y compañía. En 2024, y aunque Burrow ha jugado el mejor football de su carrera, los Bengals no han sido ni la sombra de lo que podían haber llegado a ser. Su principal problema es que la defensa ha sido un absoluto desastre y no ha sabido aprovecharse de todos los puntos que anota su ataque. Lou Anarumo, un coordinador defensivo, en mi opinión, con mucho talento, no le ha dado a sus chicos las respuestas adecuadas a lo que estaba pasando sobre el terreno de juego. Burrow y Chase han ido dando una exhibición tras otra en el plano ofensivo, pero muchas veces esto no ha servido para llevarse la victoria. En una vuelta de tuerca más, y cuando parecía imposible, los Bengals llegan a esta penúltima jornada con la oportunidad de mantenerse vivos una semana más si derrotan a los Denver Broncos.


Los de Sean Payton, por otra parte, han jugado la mejor temporada que se recuerda en Mile High desde la victoria en la Super Bowl de 2015. Los Broncos se han mostrado como un equipo ultra competitivo, donde la defensa ha guiado al resto para que su récord les permita soñar con jugar en playoffs. Vance Joseph, su coordinador defensivo, ha construido una línea defensiva muy poderosa y que favorece el juego agresivo de la secundaria. Limitando yardas y puntos al rival, han podido ir haciendo evolucionar de la mejor manera a su quarterback rookie. Bo Nix empezó el año mostrando muchas dudas y con un juego de pase muy poco efectivo. Es cierto que el juego terrestre tampoco ha ayudado en todo el curso, pero, aún así, el joven pasador ha ido estando más y más cómodo dentro de un sistema ofensivo el cual le permite arriesgar muy poquito y le da salida de balón con eficiencia. Sean Payton ha estado trabajando, sobre todo, en el juego de pies de Nix, y eso ha hecho que la precisión sea mucho mejor ahora que hace tres meses. Además, la movilidad del propio quarterback le saca de problemas cuando la primera o segunda lectura no funcionan. Con todo esto, y ahora mismo, los de Denver están capacitados para subir puntos al marcador e ir así acompañando el buen hacer de su defensa. 



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El sistema defensivo de Joseph permite mucha versatilidad en los defensores underneath. Es una unidad que lee bastante bien lo que pasa delante de ellos y que quiere atacar al ataque rival. Prefieren proponer a reaccionar, y la verdad es que da sus frutos en bastantes ocasiones. En la imagen que tenemos aquí arriba, podemos ver un ejemplo de esto. Los Broncos forman con un safety profundo y con cinco jugadores en la línea de scrimmage amenazando el pass-rush. Antes de que se inicie el snap, hay un motion de un tight end que cambia de lado. Ante esto, Denver asigna un cambio defensivo en el que Cody Barton, linebacker, va a atacar en blitz desde el segundo nivel mientras que el línea defensivo del lado contrario caerá en cobertura. Este blitz coge por sorpresa al pasador, quien está esperando para lanzar al agujero defensivo cuando le llega Barton, evitando el pase y, además, provocando el fumble.

Joe Burrow va a tener que estar muy fino en las lecturas pre y post snap. Los Broncos es uno de los conjuntos que mejor disfrazan sus defensas antes de que el quarterback rival tenga el balón en las manos, provocando muchos errores en el adversario. Los Bengals tienen poder suficiente en su ataque para llevar el duelo a un marcador alto, algo que complicaría mucho las opciones de los de Sean Payton. Si Denver se lleva el partido, los Bengals estarán fuera de los playoffs. Sin embargo, si Joe Burrow y los suyos consiguen batir a estos duros Broncos, la última semana se presentará apasionante para ambos. ¿Habrá milagro navideño en Cincinnati?


Si me pidieran mi opinión sobre quién debe ser el entrenador del año en este 2024, contestaría que Kevin O’Connell. Lo haría de inmediato y sin dudarlo un solo segundo. Hay varios nombres que podrían entrar en la ecuación y que también tienen argumentos de peso para conseguirlo, pero lo de O’Connell tiene un mérito tremendo. 


No solo es que su equipo esté peleando el seed 1 contra unos Lions que se han mostrado muy superiores al resto durante los cuatro meses de competición que llevamos, también ha sido capaz de hacer que casi cada jugador que pasa por sus manos tenga más valor en el juego con el que había llegado al equipo. Ver a Sam Darnold trasladar al campo todo el potencial con el que llegaba de college, después de estar casi desahuciado, es tremendamente revelador del trabajo que hace el entrenador en jefe de los Vikings. Son 13 partidos ganados, haciéndolo siempre desde la agresividad que permite un esquema muy bien engrasado tanto en la parcela defensiva como en la ofensiva y, además, es de alabar el cuidado del más mínimo detalle para terminar llevándose la victoria. Desde 2021, ninguna franquicia ha ganado más partidos que estos Vikings por solo una anotación (31 encuentros). Eso no es casualidad ni suerte. Eso es algo que delata muchas cosas más.


Este domingo, los Vikings reciben a un equipo que tiene armas para hacerles daño. Los Green Bay Packers han dado muestras de llegar al tramo más importante de la temporada en la mejor forma posible. El juego de fuegos artificiales con el que acabó el curso pasado ha dado paso a un sistema ofensivo donde el juego terrestre es el que domina los partidos en los dos primeros cuartos. Cuando la defensa rival tiene que ajustar los agujeros que la línea ofensiva y Josh Jacobs provocan en la primera mitad de los partidos, es Jordan Love quien los hace sufrir con su juego de pase vertical tras play action. Todo está bien en el esquema de Matt LaFleur, y eso sube exponencialmente el peligro de este equipo.


Para este encuentro, una de las claves más importantes será incomodar a Sam Darnold en el pocket. Jeff Hafley ha conseguido que su defensa acompañe muy bien al ataque. Es una unidad agresiva y que, aunque no ha mantenido un nivel alto de pass-rush durante los primeros meses, parece que ahora está encontrando la manera de presionar al quarterback rival con solo los cuatro hombres de la línea defensiva. Aún así, los esquemas agresivos de Hafley siguen estando a la orden del día, sobre todo su Mug Front, con el que hace cometer errores de protección a las líneas ofensivas a las que se enfrenta. Debajo tenéis un vídeo donde explico algunas de las variantes que maneja Hafley en la presión al quarterback y en las rotaciones de safeties post snap.



Con los duelos del día de Navidad ya en el pasado, este Vikings-Packers se presenta como el mejor partido del fin de semana. Dos equipos que luchan por la mejor posición posible de cara a unos playoffs que ya tienen asegurados. Además, los de Minnesota están en plena pelea por llegar a la última semana de competición con la posibilidad de acabar siendo el mejor equipo de la conferencia, lo que le daría el derecho a jugar todos los encuentros de post temporada en su estadio. Esto sería un detalle más para darle el premio a Kevin O'Connell, aunque, por mi, ya lo tendría más que asegurado.


La NFC Sur ha vivido constantes cambios en la parte alta de la clasificación desde que la liga comenzó en septiembre. Desde el principio de la temporada, los Falcons y los Buccaneers han ido intercambiando el liderazgo en un año donde ninguno de los dos ha destacado demasiado y donde han terminado decepcionando cuando parecía que podían estar mejor. La derrota de los Buccaneers en Dallas del pasado domingo vuelve a darle opciones a unos Falcons que han depositado todas sus esperanzas en su elección de primera ronda del pasado draft, el quarterback Michael Penix Jr.


No voy a entrar en la planificación de la temporada desde que se contrató a Kirk Cousins, ya que esta previa podría hacerse interminable, pero la verdad es que no deja en buen lugar a mucha gente implicada en el proceso. Si la idea era no presionar a Penix para hacer más confortable la transición, el resultado ha sido todo lo contrario. Raheem Morris ha colocado al rookie en una posición muy complicada donde solo vale ganar para llegar al objetivo de conseguir la plaza de playoffs. Evidentemente, Penix está muy bien rodeado, con talento en cada unidad del ataque y con gente que tiene que dar un paso al frente en estos momentos, pero, al final del día, esta es una liga de quarterbacks, por lo que las miradas se enfocarán en el trabajo realizado por quien se encuentra en el pocket en estos momentos de la temporada. Dicho esto, creo que era inadmisible la insistencia con el bueno de Cousins. Nadie en esa franquicia creía ya en él, y la deriva del equipo no era nada buena. Los Commanders intentarán aprovecharse de la poca experiencia de Penix, aunque el ex de la Universidad de Washington dejó cosas positivas en su estreno como titular el pasado domingo.



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En la imagen de arriba podemos ver una situación de tercer down muy bien solventada por el rookie. Los Giants alinean hasta seis hombres en la línea de scrimmage, con un safety profundo y con el resto de defensores dejando mucho espacio entre ellos y sus atacantes. Es un 3rd&7, por lo que Penix va a necesitar de un segundo extra para poder lanzar. Antes del snap, Mooney se mueve al interior para salir en ruta con inercia y poder generar separación. Sin embargo, cuando Penix recibe el snap, y va a esa primera lectura, después de leer la caída del safety profundo, reconoce que el pase es peligroso porque la defensa está bien colocada. Rápidamente, el quarterback gira sus ojos a la segunda lectura, que no es otra que la ruta interior de Drake London. Penix no se altera en el pocket a pesar de que le llega la presión por el interior, espera a que London pueda desarrollar la ruta y suelta el pase con muy buena anticipación evitando que el línea defensivo pueda batear el balón. La precisión es exquisita y los Falcons consiguen mover cadenas.

Por su parte, el equipo de Dan Quinn vive en la felicidad y acaricia los playoffs. En un año de reconstrucción, los Commanders han conseguido formar un núcleo importante tanto a nivel ofensivo como defensivo. Evidentemente, la irrupción de Jayden Daniels ha ido mucho mejor de lo que se esperaba, y el número dos del pasado draft no ha dejado de progresar en todo el año. El último drive, para ganar a los Eagles, es uno de los mejores ejemplos que tenemos de alguien que puede cambiar la historia reciente de una franquicia que parecía maldita en los últimos años.

Dos equipos y dos franquicias que se presentan a este duelo con una presión distinta. Washington es el alumno que lleva todo el año estudiando y que se encuentra preparado para el examen final, mientras que los Falcons lo han dejado todo para el último día, con el riesgo que eso conlleva. Para los de Atlanta, cualquier error es mortal a estas alturas. Lo único que espero es que, el error, si llega, no se le achaque a un chaval al que han pedido ayuda en el momento más crítico de la temporada. Eso sería responsabilidad de mucha más gente.