Estoy equivocado. Lo digo desde el principio, sin metáforas ni alegorías ni nada. Mi opinión acerca del tópico sobre el cual escribiré a continuación es incorrecta. Pero no puedo evitar sentirme así.
Se habló muchísimo sobre el offensive offsides que las cebras (término afectivo y, en ciertas ocasiones, no tan afectivo para el cuerpo arbitral) le cobraron a Kadarius Toney, negando lo que sin lugar a dudas hubiera sido LA jugada de la temporada regular.
Por si alguno de ustedes vive en medio del Amazonas y recién se pudo conectar a WiFi, aquí la tienen una vez más:
No hay demasiado por agregar. Más allá de que no sea usual que se sancione la falta, la misma existe y de manera grosera. Hasta cierto punto, es entendible la frustración de Patrick Mahomes y de Andy Reid (es bastante gracioso que la última vez que le pitaron un offside en ataque a Kansas City Chiefs, evento que ocurrió en 1995, yo tenía no más de ocho meses de vida). Sin embargo, reitero: la falta es demasiado evidente y el principal culpable de toda esta situación es el propio Toney.
Durante estos días, he vuelto a reflexionar sobre el rol que juegan los árbitros en el deporte en general y en la NFL en particular. No caben dudas de que estamos viviendo un cambio de era, especialmente luego de la inclusión del VAR en el fútbol.
Pongamos el punto de partida en Rusia 2018, la primera Copa del Mundo en utilizar esta tecnología. Más allá de lo que ocurre durante los propios mundiales: ¿alguien puede asegurar que la polémica se ha erradicado por completo en el fútbol? No lo creo.
En la NFL, nuestra bendita liga, pionera en tantos aspectos, sucede algo similar. Desde 1986 existe algún tipo de replay. Desde 1999 se pueden desafiar jugadas. Cada vez tenemos más cámaras, más ángulos, más tecnología. Con todo eso, año tras año escuchamos como el arbitraje está cada vez peor.

Sin estar en contra del uso de la tecnología de ninguna manera, vengo aquí hoy a defender la experiencia de ver un partido arbitrado por seres humanos. No, no quiero un referí "virtual" que "acierte" todo de manera automática desde New York. Sí, quiero que se siga midiendo 10 yardas con cadenas de metal y que no sepamos exactamente cuándo un balón cruzó el plano para ser determinado touchdown porque hay 20 hombres amuchados en un espacio donde sólo deberían caber 4.
En ocasiones, estos seres humanos cometerán errores. Algunos, incluso, ocurrirán en momentos decisivos de un partido. Ojalá nunca más volvamos a ver algo así, pero hubo uno que literalmente mandó al equipo incorrecto a un Superbowl.
Los errores arbitrales influyen en el resultado final de los partidos, pero me rehúso a decir (quizá el Saints-Rams funcione como la excepción que forma la regla) que los definen por completo. Sin ir más lejos, los Chiefs tuvieron tres downs más para mantener vivo su drive luego del offsides a Toney. Y, fuera de dicha posesión, tuvieron 60 minutos para hacer mejor las cosas y no necesitar puntos en los últimos minutos para evitar una derrota.
Esto no significa que los árbitros deben tener el mismo spotlight que los jugadores o los entrenadores. Jamás, pero jamás, debe un referí anteponerse a un verdadero protagonista. Pero si están, es para algo. Mientras continúen siendo parte de nuestro deporte, habrá que seguir lidiando con ellos. Les dejo el odio a ustedes: yo (aunque me digan old fashioned) banco a las cebras.





