La Ronda de Wild Card no acostumbra a dejar muchas sorpresas cuando de grandes favoritos se trata. Todos cumplieron con cierta solvencia âespecialmente Ravens y Bills, no tanto los Eaglesâ y todos ganaron por al menos dos anotaciones de diferencia. Eso nos deja a los Eagles respirando de alivio pero sin las mejores sensaciones en su ataque y encarando un duelo que serĂĄ mucho mĂĄs exigente en la Ronda Divisional y, sobre todo, el partido mĂĄs esperado posiblemente de toda la temporada: El Bills-Ravens. El duelo de los dos grandes favoritos al MVP, el partido entre los dos grandes aspirantes a desbancar a los Chiefs en la Conferencia Americana, el enfrentamiento entre dos equipos cuya mirada estĂĄ puesta en el Super Bowl y que, pase lo pase, para uno serĂĄ un enorme Ă©xito que refrendarĂĄ su candidatura y para el otro, una decepciĂłn absoluta por no haber cumplido las expectativas despertadas llegados a este punto de la temporada. Es lo que tiene la NFL, sĂłlo uno se puede llevar la gloria. Ambos equipos estĂĄn destinados a conseguirla, pero un partido decidirĂĄ. Ambos han llegado hasta aquĂ con mucha solvencia y ahora esto se reduce a una batalla que serĂĄ todo o nada.
Otra cosa fueron los partidos que se presentaban mĂĄs inciertos y aunque Houston ganĂł con holgura, dejĂł un muy buen sabor de boca, especialmente con su defensa y los Commanders pusieron la guinda a su temporada ganando un partido de Playoffs por primera vez en 19 años. Estos dos equipos, aunque tratarĂĄn de hacer saltar la banca contra los Seed 1 de sus respectivas conferencias, ya se pueden dar por satisfechos y estar felices de haber llegado hasta aquĂ. MĂĄs si cabe los Commanders, que ademĂĄs de el Ă©xito colectivo, pudieron refrendar la idea de que han encontrado un QB sobre el que edificar un proyecto de franquicia, Jayden Daniels cumpliĂł con creces y es el primer QB rookie en mĂĄs de una dĂ©cada que ha conseguido ganar un partido de Playoffs a domicilio. CapĂtulo aparte merece el Rams-Vikings, donde se esperaba un duelo por todo lo alto, lleno de igualdad, pero solo hubo un equipo sobre el campo.
Pero vamos a echar un vistazo mĂĄs detallado a lo que ha pasado en la Ronda de Wild Card:

Los Ravens y los Bills cumplen con el expediente sin necesidad de forzar
Si hubo dos partidos en los que se impuso la lĂłgica y los favoritos hicieron valer su condiciĂłn con puño de hierro, esos fueron los duelos que se llevaron los Ravens y los Bills. El sĂĄbado Baltimore ahogĂł a todos los fantasmas que pudieran estar sobrevolando el M&T Bank Stadium y que les susurraban que en los Ășltimos años Tomlin y los Steelers les tenĂan la medida tomada. Eso ya se terminĂł hace apenas unas semanas, cuando se vieron por Ășltima vez en la temporada regular y mĂĄs aĂșn, si cabe, en este duelo de Playoffs en el que los Ravens asfaltaron por completo a su rival divisional. El partido se explica de una manera muy sencilla: 50 carreras por 22 pases de los Ravens. Baltimore se dedicĂł a enseñar a su rival que no podĂa pararlo cuando trataban de correr. Y se llegaron a enseñar. Derrick Henry logrĂł la mayor marca de yardas terrestres de la historia de los Ravens en un partido de Playoffs, 186 y Lamar puso otras 81 mientras jugaba al ratĂłn y al gato con los Pass Rushers y los LBs de los Steelers, leyendo perfectamente quĂ© intentaba cada vez y tomando la decisiĂłn correcta a la hora de dejar el balĂłn en el regazo de Henry o conservĂĄndolo para correr Ă©l. Los Steelers simplemente no tuvieron respuesta contra esto.
Al descanso, el partido estaba acabado con 21-0 en el marcador y ni los dos touchdowns que Pittsburgh anotĂł en la segunda mitad llegaron siquiera a inquietar a la parroquia raven que celebraba en las gradas. La exhibiciĂłn de poderĂo de Baltimore fue incontestable y la sensaciĂłn de frustraciĂłn de los Steelers, muy grande. Ahora, Pittsburgh va a tener unos cuantos meses de offseason para decidir si quiere salir de ese limbo en que estĂĄ atrapada la franquicia desde hace casi una dĂ©cada, en el que no son lo suficientemente buenos para aspirar a nada en Playoffs ni lo suficientemente malos para acceder en el Draft a las piezas que puedan marcar la diferencia. Lo que estĂĄ claro es que algo tiene que cambiar, pero esa es una historia para cuando acabe la temporada. Ahora, los que siguen adelante son unos Ravens que llegan en el mejor momento de la temporada y dispuestos a arrasar con todo lo que se les ponga delante.
Y precisamente quien se pone en el camino de los Ravens son los Bills. Unos Bills cada mĂĄs serios y eficientes, mĂĄs estables y maduros, que saben quĂ© deben hacer en cada momento para ganar los partidos. En este duelo ante los Broncos fue sencillamente una muestra de superioridad absoluta en todos los aspectos del juego. La victoria se comienza a explicar por el dominio de la OL de Bills sobre el Front 7 de Broncos, Denver simplemente no tenĂa el fĂsico necesario para mover a esas moles. Y menos, cuando los Bills jugaban constantemente con formaciones Jumbo (es decir, con un jugador de LĂnea Ofensiva extra) y hasta Mack Hollins colaboraba bloqueando como una autĂ©ntica bestia en el gap C (el exterior, el que corresponde al Edge Rusher). Los Dion Dawkins, Spencer Brown y demĂĄs lĂnea de Buffalo simplemente eran demasiado grandes y fuertes para perder la batalla contra una LĂnea Defensiva de Denver muy dinĂĄmica y versĂĄtil, pero falta de kilos y de potencia. Y asĂ se abrieron avenidas para que James Cook, Ty Johnson y hasta Josh Allen pudieran correr a placer. Daba la sensaciĂłn de que cada vez que los Bills necesitaban seis yardas por tierra, las conseguĂan sin mucho esfuerzo.
Eso sentĂł las bases de la victoria, porque se tradujo en un control total del reloj y el tiempo de juego. Incluso con un marcador apretado, los Broncos no daban sensaciĂłn de peligro y los Bills no la daban de nervios. TenĂan el partido controlado. Y luego vino el golpe de gracia, el que siempre marca la diferencias, con esas piezas sobre el tablero, apareciĂł Josh Allen para ejecutar y reventar el partido. Cuando los Broncos estaban en zona y habĂa ventaja numĂ©rica en la caja, los Bills corrĂan a placer; cuando Denver decidĂa meter mĂĄs efectivos en la caja y ponerse en uno contra uno, Josh Allen ejecutaba con solvencia. AdemĂĄs, sabĂa perfectamente a quiĂ©n atacar, detectaron el eslabĂłn dĂ©bil en el safety, en Locke y una y otra vez lo buscaban y le hacĂan pagar. A Ă©l y a los LBs, que tuvieron un dĂa larguĂsimo en Orchard Park.
La temporada de Denver tiene un mĂ©rito enorme y haber llegado hasta aquĂ, cargando con el agujero salarial del contrato de Russell Wilson, habla maravillas de Sean Payton, de Bo Nix y del equipo en general; llegados a estas instancias y con un rival de la entidad de los Bills, simplemente no les llegaba para competir con ellos.

MVP de la Ronda de Wild Card: Jayden Daniels
Tres unidades han sido protagonistas colectivamente en las victorias de sus equipos, los ataques de Bills y Ravens y la defensa de los Texans. Pero si tenemos que destacar un jugador, uno que haya marcado la diferencia individualmente, ese ha sido Jayden Daniels. La franquicia de Washington llevaba desde 2005 sin ganar un partido de Playoffs y un QB rookie sin ganar como visitante en Playoffs desde hace mĂĄs de una dĂ©cada. Pues bien, Daniels se encargĂł Ă©l solito de cargarse esas estadĂsticas de un solo plumazo. Y lo hizo contra unos Bucs que no se lo pusieron nada fĂĄcil, Todd Bowles sabĂa lo que tenĂa que hacer para incomodar al ataque de los Commanders: eliminar la carrera (incluida la de su QB) y mantener a Daniels en el pocket, retarle a tomar buenas decisiones y a tener paciencia, a aguantar la presiĂłn. Y eso hizo.
No es que jugara un partido perfecto, pero sĂ fue capaz de hacer lo suficiente para que su equipo lograra la victoria. Sobre todo en ese Ășltimo drive de mĂĄs de cuatro minutos, en el que estuvo completamente a cargo de todo lo que sucedĂa, evitĂł jugadas negativas y errores que pudieran penalizar a su equipo. No es sencillo algo asĂ para un rookie en un escenario tan exigente como los Playoffs y Jayden Daniels cumpliĂł con nota. Kingsbury ayudĂł con el playcalling, McLaurin y un renacido Dyami Brown fueron sus principales socios, hasta Ertz parecĂa el TE de unos años atrĂĄs. Y la defensa hizo lo suficiente, parando la carrera cuando no es su especialidad, arrebatando asĂ el control de reloj a Tampa. Una menciĂłn especial merece el veterano Bobby Wagner, cuyos mejores años ya pasaron ây vaya años, fue directamente el mejor LB de la NFLâ pero que a estas alturas de su carrera sea capaz de tener este impacto en un partido tan importante es digno de elogio.

Los Eagles no convencieron, pero las aguas revueltas son las que mejor navegan
Si habĂa tres grandes favoritos y los tres ganaron con cierta holgura, el que mĂĄs sufriĂł o al que mĂĄs le costĂł sentenciar fue a Philadelphia. Mientras Buffalo y Baltimore no dieron opciĂłn alguna, los Eagles no terminaron de despegarse hasta la recta final. Y eso que sus equipos especiales comenzaron dĂĄndoles una posesiĂłn gratis pegados a la End Zone, y eso que su defensa maniatĂł a Jordan Love y le provocĂł hasta tres intercepciones. Pero ni por esas consiguieron la comodidad y la tranquilidad necesarias. Y eso es asĂ porque el ataque estuvo mĂĄs atacado de lo que es deseable. Barkley corriĂł bien y sumĂł, pero careciĂł de la explosividad a la que nos tiene acostumbrados. Aun asĂ, el RB estrella de Philadelphia hizo su trabajo y cumpliĂł a la perfecciĂłn. Fue el juego aĂ©reo el que no terminĂł de encontrar su ritmo. Vimos a Jalen Hurts mĂĄs plano y menos determinante, reteniendo el balĂłn demasiado en las manos y no buscando casi pases mĂĄs allĂĄ de la marca del primer down. Es cierto que no arriesgar para no cometer errores cuando tienes dos anotaciones de ventaja es una virtud, pero al mismo tiempo, no ser capaz de encontrar ninguna soluciĂłn para que el ataque por aire fuera mĂnimamente sostenido no ayudĂł a que Philadelphia pudiera romper el partido, el 2/11 en terceros downs es quizĂĄ el dato mĂĄs esclarecedor en ese sentido. Creo que en la Ronda Divisional va a estar mĂĄs exigido por los Rams y va a tener que aportar mucho mĂĄs si los Eagles quieren avanzar.
Aunque con esa defensa, realmente, pueden llegar muy lejos. Vic Fangio y su unidad defensiva limitaron perfectamente todas las virtudes del ataque de los Packers, no dejaron que la carrera fuera un problema, evitaron acarreos largos salvo en una ocasiĂłn y pusieron el partido en manos de Jordan Love, al que se dedicaron a presionar y confundir durante todo el partido. Nolan Smith estuvo soberbio por fuera y, incluso con la baja de Nakobe Dean y la debilidad que supone Oren Burks en el juego de pase, el alto nivel colectivo escondiĂł cualquier grieta que eso pudiera producir.
Los Eagles llegan a la Ronda Divisional con ventaja de campo y como favoritos, pero la exigencia serĂĄ mayor y van a necesitar una mejor actuaciĂłn ofensiva si no quieren pasar apuros. La defensa y los equipos especiales estĂĄn verdaderamente en nivel Super Bowl.

La defensa de los Texans consigue una recompensa inesperada
Digo inesperada, pero no inmerecida. Y creo que no se esperaba a Houston en la Ronda Divisional porque su nivel en la temporada regular âconcretamente en ataqueâ no ha sido el que de ellos se podĂa imaginar, han estado muy por debajo de las expectativas, pero su unidad defensiva, cuando ese Front 7 estĂĄ sano y completo, es una autĂ©ntica apisonadora. La OL de los Chargers no era capaz de frenarlos de ninguna manera, muchas veces ni los veĂan venir. Will Anderson se plantaba en la cara de Herbert en un momento, a veces incluso sin ser bloqueado, Denico Autry causĂł el pĂĄnico en el interior y, aprovechando estas circunstancias, la secundaria de Texans se dio un festĂn. El partido de Stingley es de estrella, el de un rookie como Lassiter espectacular tambiĂ©n y hasta Eric Murray se puso las botas. El triunfo se consiguiĂł desde una defensa que determinĂł por completo el partido.
El ataque de Texans empezó igual de mal que siempre. Y gracias a que la defensa no permitió que los Chargers pusieran tierra de por medio, tuvieron las oportunidades necesarias hasta que en una jugada rota que comenzó con un error, CJ Stroud convirtió un mal snap en una big play en la que apareció Xavier Hutchinson al rescate. Ahà cambió el partido para siempre. Y después fue Nico Collins quien se encargó de aterrorizar a la secundaria del que fuera su entrenador en la universidad (Jim Harbaugh entrenó a Collins en Michigan).
Los Texans avanzan y obtienen una recompensa superior a lo que la temporada dictaba para ellos, pero lo cierto es que a la hora de la verdad respondieron y se han ganado el premio de retar al campeĂłn en Arrowhead. Eso en sĂ mismo ya supone una temporada exitosa para ellos, a pesar de que el camino hasta aquĂ no ha sido el mĂĄs brillante.

Es pronto para sacar los palos y las antorchas contra Justin Herbert
SĂ© cĂłmo funciona el mundo del deporte, soy muy consciente, pero incluso cuando los que estĂĄn esperando a jugadores como Justin Herbert con antorchas y guadañas me cuesta entender la falta de perspectiva. Justin Herbert jugĂł un partido horrible. MalĂsimo. Eso es incontrovertible. Y al mismo tiempo, no significa que sea un mal jugador, ni una decepciĂłn, ni que no estĂ© a la altura. Cuando leo o escucho esos anĂĄlisis simplistas pienso dos cosas: O le tienen manĂa, le odian y simplemente le estaban esperando para cuando llegara el tropiezo y señalarle (algo demasiado comĂșn en el deporte de Ă©lite, desgraciadamente) o no se estĂĄ mirando la situaciĂłn con la distancia suficiente. Utilizar este partido para cargar contra Herbert, olvidando la temporada que ha hecho simplemente no tiene sentido.
Que los Chargers estĂ©n en Playoffs ya es milagroso. Que hayan acabado en el Seed 5, directamente heroico y para explicarlo, por supuesto hay que citar a Harbaugh, tambiĂ©n a Minter, pero no se puede entender sin Herbert. Y no se puede sin destacar a su QB porque a su alrededor el talento es cero. Cuando se defiende a Burrow (con razĂłn) porque no le protegen, entonces habrĂĄ que contar tambiĂ©n que en presiones al QB Herbert estĂĄ entre Drake Maye y Joe Burrow, es decir, prĂĄcticamente el mismo nivel de exposiciĂłn⊠pero sin Ja'Marr Chase ni Tee Higgins. La falta de talento en el ataque de los Chargers es flagrante y aun asĂ ese ataque ha funcionado. Porque tiene a Justin Herbert. Y centrĂĄndonos estrictamente en el partido de Wild Card ante Houston, Herbert sufriĂł uno de los diez partidos con mĂĄs presiones en menos de 2,5 segundos de toda la temporada. A eso hay que sumarle que el juego de carrera no le diĂł absolutamente nada, 50 escualidas yardas con un Ăndice de Ă©xito por carrera de menos del 30%. Estamos hablando directamente de un infierno para el QB. Ah, sin receptores que fueran capaces de crear ningĂșn tipo de separaciĂłn. Un Ășnico jugador le ofreciĂł respuesta a su QB, Ladd McConkey, curiosamente con Ă©l fue capaz de producir casi 200 yardas. El resto nada de nada, de hecho, restaron.
Entonces, sĂ, obviamente el partido de Justin Herbert fue espantoso. Sin embargo, hay que contar toda la historia para explicarlo antes de quemarlo en la hoguera. Yo me alegro de que haya gente que sigue subida en el barco de este jugador y no se tira por la borda con partidos como este porque cuando llegue el Ă©xito para Ă©l, que llegarĂĄ, nos alegraremos de no habernos dejado engañar por las apariencias.

Los Rams dominan, Vikings colapsan cuando mĂĄs falta hacĂa sacar su mejor versiĂłn
Cuando llegan los Playoffs, la victoria no depende solo de tener mĂĄs talento que tu rival; asuntos como la experiencia juegan un papel clave. AsĂ lo demostraron McVay y los Rams en lo que, inesperadamente, se convirtiĂł en un paseo para el equipo de Los Ăngeles. La temporada de los Vikings ha sido magnĂfica, alcanzando las 14 victorias en temporada regular y tambiĂ©n un nivel de juego muy destacable; pero cuando ha llegado el momento de la verdad ha colapsado de la peor manera. En la Semana 18 se pudo achacar a Sam Darnold y sus errores, en la derrota que les costĂł el Seed 1 y el bye en la primera ronda. Esta vez, en la Ronda de Wild Card, fue mĂĄs allĂĄ de su QB, fue un colapso generalizado, empezando por una LĂnea Ofensiva completamente superada, que permitiĂł hasta 9 sacks y despuĂ©s, cayendo todo lo demĂĄs como un castillo de naipes que se desmorona cuando falla su base.
Los Rams demostraron que saben gestionar muy bien estas instancias de temporada. A McVay no le importĂł sacrificar la victoria en la Semana 18, una vez tenĂa asegurado el triunfo en su divisiĂłn, aunque eso supusiera perder un puesto en la clasificaciĂłn para Playoffs. Tener a Stafford sano y descansado valĂa mucho mĂĄs la pena. De hecho, McVay y los Rams demostraron en todo momento que haber estado aquĂ y saber jugar este tipo de partidos es una ventaja decisiva. El planteamiento de partido fue fantĂĄstico y el conocimiento de los puntos dĂ©biles del rival, clave para entender no sĂłlo por quĂ© ganaron sino por quĂ© dominaron en todo momento lo que estaba pasando. Los Vikings, por su parte, eran como un bañista inexperto al que arrastra la marea y aunque trate de nadar para escapar, estĂĄ completamente a merced del mar.
Los Rams se convierten ahora en un rival temible, que viaja a Philadelphia con garantĂas de competir en el que va a ser uno de los partidos mĂĄs emocionantes de la Ronda Divisional. Aunque, realmente, llegados a este punto, todos lo son. El prĂłximo fin de semana la NFL nos regala cuatro partidos entre los que han demostrado ser los mejores equipos de esta temporada. Vamos a sentarnos y a disfrutar de ello.





