Ésta era una jornada de esas que se presentaban como de impás, después de una Semana 11 muy relevante, en la que tuvimos grandes momentos, nos condujo a una jornada en la que hasta seis equipos descansaban con el Bye y en la que presumiblemente no se esperaban grandes emociones… ¡pues nada más lejos de la realidad!
Tuvimos un final de primer turno de partidos del domingo que entró en territorio desconocido por el nivel de locura y momentos inesperados que mezclaron al mismo tiempo una secuencia de despropósitos en Washington, con un final apretadísimo y emocionante en Chicago y una inesperada exigencia para los Chiefs en Charlotte, donde estuvieron contra las cuerdas con uno de los peores equipos de la liga y tuvo que llegar Mahomes para rescatarlos –como casi siempre–. Todo en un mismo espacio temporal, que nos dejó sin aliento y simplemente nos preparaba para el drama de 49ers en Green Bay y el convincente golpe sobre la mesa de los Eagles, que envían un mensaje a toda la NFC: van por el Super Bowl.
MVP de la Jornada: Saquon Barkley
No acostumbro a arrancar mis artículos por el MVP pero es que la actuación de Saquón Barkley bien lo merece: 255 yardas de carrera, 302 yardas desde scrimmage y 2 touchdowns. O lo que es lo mismo, la segunda vez desde 1950 en la que un jugador consigue pasar de las 250 yardas terrestres y las 300 totales (la otra ocasión fue obra de Adrian Peterson en 2007). Esas 255 yardas terrestres son la 9ª mejor marca de la historia de la NFL y el récord de la franquicia de Philadelphia. Son la mejor marca de los últimos 15 años. Y las 302 yardas totales convierten a Barkley en el 4º Running Back de la historia de la liga en pasar de 300 y el 13º entre todas las posiciones. Así de potente fue la actuación de Saquon Barkley. Histórica.
Pero su partido no es ni mucho menos una anécdota. Esta temporada acumula 5 partidos en los que ha superado las 140 yardas y ha anotado al menos un touchdown. Es, por supuesto, la mejor marca conseguida nunca en 11 partidos –empatado con Shaun Alexander, Terrell Davis, Walter Payton y Jim Brown–. Curiosamente, esos cuatro RBs ganaron el MVP en esas temporadas. Sin embargo, parece que ya no se conceden MVP a jugadores que no sean QBs; la pasada semana Barkley no estaba ni entre los diez primeros favoritos para ganar el MVP, después de su partido del domingo, está el tercero tras Josh Allen y Lamar Jackson. La última vez que un RB ganó un MVP fue en 2012, Adrian Peterson fue quien lo consiguió, y por si alguien tiene la curiosidad, los números de Barkley en lo que llevamos de temporada son superiores a los de Peterson aquel año.
De hecho, Saquon lleva ya más yardas terrestres que en cualquiera de sus anteriores temporadas en la NFL… y solo ha jugado 11 partidos. Ahora mismo, está en ritmo no solo de alcanzar la marca de las dos mil yardas, si no de superar la mejor marca de yardas terrestres de todos los tiempos, en posesión de Eric Dikerson, con 2.105 yardas. Barkley proyecta ahora mismo 2.151 si mantiene el ritmo. Por cierto, que a Dickerson se le conocía como Mr. Fourth Quarter, porque acostumbraba a destacar cuando llegaba la recta final de los partidos… Pues a Saquon quizá hay que empezar a llamarme Mr. Segundas Partes, porque es, ahora mismo y con diferencia, el RB con más yardas en las segundas mitades, acumula, ni más ni menos, que 908 yardas después del descanso de los partidos.
Saquon Barkley está firmando una temporada que pasará a los libros de historia, con 1.392 yardas terrestres y 1.649 totales. Lógicamente, lidera la liga en ambos apartados, pero es más, es el primer jugador de este siglo que pasa de las 1.350 en once partidos. Hubo siete jugadores en la historia de la NFL que lo consiguieron antes que él: Terrell Davis (1998), Eric Dikersonm (1983), Walter Payton (1977), OJ Simpson (1973 y 1975) y Jim Brown (1958 y 1963). Huelga decir que todos son miembros del Hall of Fame.
Quizá es el momento de plantearse volver a dar un MVP a un Running Back.
Los Philadelphia Eagles son legítimos candidatos a Super Bowl
Los Detroit Lions llevan toda la temporada dominando la NFC. Todavía lo hacen. Se puede decir incluso que son el mejor equipo de la NFL en lo que llevamos de temporada. Aún lo siguen siendo y lo demuestran cada semana. Pero los Philadelphia Eagles se han destapado como su más firme competidor para alcanzar el Super Bowl en la Conferencia Nacional. Y ahora mismo, no parecen estar demasiado lejos de los Lions. En este momento, ambos equipos son los más firmes candidatos a llegar a Nueva Orleans de la NFC (con permiso de los Vikings).
La evolución de los Eagles pasa por un solidísimo y casi incontestable juego de carrera, que lo condiciona todo para las defensas rivales y facilita mucho la vida a Jalen Hurts. También a la vuelta de AJ Brown (con su receptor estrella jugando, los Eagles están invictos esta temporada, 7-0 cuando Brown participa en el partido). Y por encima de todo, una evolución defensiva que ha permitido un salto de calidad gigantesco al equipo. La defensa de Vic Fangio comenzó la temporada con muchas dudas, pero desde que Cooper DeJean pasó a ocupar el slot y Quinyon Mitchell a jugar por fuera de los números, es como si todas las piezas hubieran terminado de encajar. Fangio ha sido capaz de mutar su estilo de defensa, la ha evolucionado y ahora mismo es una de las mejores de la NFL, sino directamente la mejor. Los LBs están volando por el campo, Baun y Dean mandan en el centro del campo y la línea defensiva aterroriza OLs semana tras semana. Jalen Carter es el motor de esta defensa y Jordan Davis le complementa a la perfección en el interior de esa línea.
En ataque, nos llama mucho la atención y disfrutamos mucho de las carreras de 70 yardas que saca habitualmente Saquon Barkley, pero quizá hay que dar todavía más valor a lo que hace down a down, convirtiendo en rutinarias ganancias de siete o ocho yardas. Su éxito en downs tempranos hace la vida mucho más sencilla a Jalen Hurts, que con limitarse a no cometer errores y aprovecharse de cajas defensivas con los ojos y la energía puestos en detener a Barkley, puede encontrar la espalda de los LBs para buscar a AJ Brown y Devonta Smith.
Es una fórmula sostenible y muy adecuada para cuando llega el invierno. De hecho, da por pensar que el Seed1 en la Nacional es más relevante que nunca, porque en una hipotética final de conferencia entre Lions e Eagles, no tiene nada que ver jugar bajo el techo del Ford Field, donde Goff disfruta y prospera, que en el Lincoln Financial Field de Philadelphia, donde en enero el frío rasca y la afición de los Eagles, más todavía.
Índice De Peligro De No Entrar En Playoffs:
San Francisco 49ers: Alerta Roja
Qué mala impresión dejaron los 49ers este pasado domingo en Green Bay. Por supuesto, las circunstancias no permiten que hagamos un análisis realista de los problemas del equipo. Pero los problemas están ahí. Y el peligro de quedarse sin Playoffs es muy patente. Todos lo pensamos: si consiguen meterse, se pueden volver un rival muy incómodo. Sí, pero para eso primero hay que conseguir el billete y eso, ahora mismo, está en jaque para San Francisco. Y sí, las bajas en esta derrota ante los Packers no nos dejan ver la imagen completa de lo que le está pasando al equipo, pero tampoco deben esconder algunos problemas muy graves. Este es el partido que menos primeros downs ha conseguido San Francisco desde que Kyle Shanahan entrena al equipo. Solo once. Consiguieron menos que con Nick Mullens o con CJ Beathard. Y quien piense que el problema fue jugar con Brandon Allen, no está mirando el asunto en su totalidad. Claro que Brandon Allen no es un gran QB, pero él no fue el principal problema. De hecho, tuvo un partido aseado. La INT que registra es culpa de un desconocido Deebo Samuel esta temporada. Deebo está siendo incapaz de generar separación y gran superpoder, el de las yardas after catch –estadística de la que fue líder la temporada pasada– se ha desvanecido por completo. McCaffrey obviamente no está al 100% y no consigue marcar las diferencias por tierra, ni añadir el factor explosivo. Además, tuvo también un turnover.
Y si el ataque, llamado a ser uno de los tops de la NFL, no está alcanzando ese nivel superior; la defensa y los equipos especiales preocupan sobremanera. Un total de 24 placajes fallados registró Next Gen Stat durante el partido ante los Packers. Repito, 24 placajes fallados. Así es imposible. Y si ante la falta Bosa, Hargrave, Ward, Greenlaw y Hufanga también se echa de menos la disciplina, el problema es grave. Lo de la disciplina lo trasladamos también al ataque y las repetidas penalizaciones de la OL. Los equipos especiales son directamente los peores de toda la NFL.
Pero este equipo está construido para que sea el ataque quien marque las diferencias y las otras unidades aguanten o traten de prosperar en un contexto favorable.
Con este panorama, la mejor noticia es que la NFC Oeste es una de las divisiones más baratas de toda la liga y San Francisco solo está a una victoria del liderato –una que son dos, porque los tie breakers con un récord de 1-3 dentro de la división seguramente les van a jugar en contra–.
¿Están los 49ers a tiempo? Sí, sin duda. Pero al mismo tiempo, la situación es desesperada. Más todavía, si del próximo domingo se sale con una derrota de Orchard Park ante los Bills –algo que entra dentro de lo posible–. Si eso se consuma, el margen de error quedará reducido casi a cero. Insisto, todavía están a tiempo y no es imposible; de lo que deben convencernos los 49ers es de que son capaces de superar ese reto. El equipo que tenemos grabado en la cabeza, el de las últimas cinco temporadas, sin duda podría darle la vuelta. La duda es si esta versión de los 49ers tiene lo suficiente y si es capaz. Tienen mes y medio para demostrarlo.
Washington Commanders: Alarma Naranja
Los Commanders se han topado con un muro. El clásico muro que Kliff Kingsbury acostumbra a encontrarse cuando las defensas rivales tienen ejemplos suficientes de su ataque y encuentran soluciones. Pasó en College, pasó en Arizona y está volviendo a pasar en Washington. Es un patrón preocupante, porque Kingsbury diseña sistemas muy amables para el desarrollo de un QB joven, pero al mismo tiempo muy estáticos y previsibles, faltos de balance y cintura. Y ahora mismo, la receta que las defensas rivales están aplicando ha conseguido frenar y mucho la producción de la ofensiva de Washington y está metiendo en problemas a Jayden Daniels. Esa receta pasa por centrarse en detener la carrera y todo el juego de pases cortos en downs tempranos, es decir, preocuparse por todo lo que la defensa tiene delante de sus ojos, y obligar a Washington a jugar situaciones obvias de pase, en las que las defensas se ponen en uno contra uno, sabiendo que todos los receptores, que no sean Terry McLaurin, tienen problemas para separarse. Dedican atención extra a McLaurin y se le cierran todas las puertas a un Jayden Daniels que, atención, en este partido ante los Cowboys firmó un 0/7 en pases en tercer down.
Y no culpo a Daniels, cuya temporada es excelente, aunque todavía tiene que trabajar mucho lo que hace dentro del pocket. Repito, su temporada es excelente. Pero el ataque en general se ha encontrado con problemas que, de momento, no está siendo capaz de resolver. En cuanto a la defensa, que las últimas semanas había dejado algunos brotes verdes, volvió a la mediocridad más absoluta debido a una incapacidad total de presionar al QB. Seis presiones registraron contra los Cowboys, que no tienen al QB más móvil del mundo en Cooper Rush, ni a la OL más competente, a la que además le faltaban sus dos Guards titulares, Zack Martin y Tyler Smith.
Malos síntomas para los Commanders como colectivo y malos augurios en su lucha por los Playoffs, que las últimas semanas se ha complicado muchísimo y aunque todavía pueden conseguirlo, van a tener que sufrir para atar ese billete. En cualquier caso, aunque no lo consiguieran, su futuro pinta prometedor; el caso es que tras los dos primeros meses de competición parecían un firme candidato a jugar en enero y ahora mismo esa condición está más que en duda.
Houston Texans: Aviso Amarillo
Parece increíble que vaya a decir esto, pero un equipo que me parecía una garantía absoluta de jugar Playoffs, ahora mismo no es un 100%. Que no se me entienda mal, lo tienen muy sencillo para conseguirlo y la lógica invita a pensar que ganaran la división sin demasiadas apreturas… pero es que viéndolos jugar te da por pensar que se pueden complicar la vida y que los Colts podrían, al menos, meterles un poco de presión.
Ver jugar a los Texans, preocupa. Ver jugar a CJ Stroud es desolador, por lo que están provocando en su juego. Stroud está jugando mal, es así, pero en mi opinión él es más una víctima de lo que está pasando con el ataque de Houston que el catalizador de esos problemas. Es sencillo de analizar: Los Texans son incapaces de producir en downs tempranos, su OL es desastrosa y no pueden poner a funcionar el juego de carrera con ninguna solvencia y eso desemboca en situaciones de pase no solo previsibles, sino desesperadas. Tercera y trece, tercera y once… tercera e imposible. Y CJ Stroud está desarrollando malos hábitos; el peor de todos, la sensación de que constantemente se ve apremiado a protagonizar grandes jugadas. Como si cada pase que lanzara tuviera que ser el definitivo… no es la dinámica más halagüeña porque, además, le está llevando a cometer errores poco propios de él. Por otro lado, que la defensa por momentos pareciera un coladero contra los Titans de Will Levis tampoco es el mejor síntoma.
Los Texans tienen la división en sus manos y un buen margen respecto a los Colts, pero su imagen y su juego están sufriendo una regresión esta temporada y debiendo sellar su pase a Playoffs sin mayores problemas, no sería descabellado pensar que los acaben teniendo, especialmente si siguen jugando así de mal.
Los ricos también lloran: Kansas City Chiefs
Ricos en victorias en este caso y lágrimas de cierta preocupación después de perder en Orchard Park contra los Bills y sufrir más de la cuenta en Charlotte contra uno de los peores equipos de la NFL. Sí, por supuesto que los Chiefs tienen el mejor récord de toda la liga, 10-1. Por supuesto que son el vigente campeón y nos han demostrado en innumerables ocasiones lo bien que compiten… pero eso no quita que, más allá del análisis superficial, cuando los ves jugar se están poniendo de relieve algunos aspectos en los que son ciertamente vulnerables.
En ataque, la protección a Mahomes. Concretamente la protección por el flanco izquierdo, por el lado ciego. Esa OL es maravillosa por el interior, pero los Tackles no son los más fiables de la liga, especialmente en el lado izquierdo. Ni Suamataia ni Wanya Morris están demostrando ser confiables y permiten demasiadas presiones, demasiado rápido. Y eso condiciona el desarrollo del juego de pase y tiene a Mahomes más preocupado por salvar su pellejo que de encontrar a sus receptores. Patrick Mahomes es uno de los mejores QBs evitando sacks cuando de él depende y eso es genial; lo que no lo es tanto es tenerle constantemente teniendo que demostrarlo.
En defensa, dos problemas y no pequeños: La incapacidad últimamente de llegar al QB rival cuando el pass rush se hace solo con cuatro jugadores. Cuando eso sucede, los ataques rivales doblan a Chris Jones y con eso les vale. A Karlaftis le está costando hacerlo por sí mismo y cuando no hay ayuda del blitz, no están llegando. La vuelta de Charles Omenihu debería aliviar ese aspecto. El segundo de los problemas, más grave porque aquí sí que no va a venir nadie al rescate, está en la secundaria y pasa por el cornerback del lado contrario a McDuffie. Ni Nazeeh Johnson, ni Josh Williams están demostrado ser capaz de aguantar con cierta solvencia; es Johnson quien parece haberse hecho con el puesto pero ya van varias semanas en las que es fácil comprobar que le buscan una y otra vez, le atacan y sacan rédito de ello. La defensa de Spagnuolo se cimenta en poder poner mucho calor cerca de la línea de scrimmage y parar bien la carrera, concediendo algo más en el pase, pero la clave está (o estaba) en que lo que no concedían eran jugadas explosivas. Van ya varias semanas donde sí las están concediendo y eso provoca una pérdida de equilibrio que están empezando a pagar.
Los renacidos Seahawks apuntan a Playoffs
Si hace tres semanas alguien me dice que hoy iba a escribir aquí que los Seahawks son en este momento el equipo más fiable de la NFC Oeste, le contestaría que se ha vuelto loco. Sin embargo, después del bye y de unos ajustes completamente decisivos, el equipo de Mike McDonald parece otro. Su defensa parece otra. En las primeras semanas de competición, era uno de los peores equipos parando la carrera en downs tempranos de toda la NFL, ahora lleva dos semanas siendo el mejor. La recuperación de efectivos en la línea defensiva –Leo Williams, wow, qué partido el suyo– y, sobre todo, un lavado de cara al puesto de LB, donde McDonald se libró de los dos titulares Baker (traspaso) y Dodson (despedido) para poner ahí a Ernst Jones y a un rookie como Tyrice Knight, lo ha cambiado todo. Ernst Jones lo ha cambiado todo, ha ofrecido un equilibrio hasta entonces desconocido por esta defensa. Desde que está en los Seahawks, Ernst Jones no ha fallado ni un solo placaje, cero. Además, su IQ, su entendimiento de lo que sucede, está sosteniendo y nivelando lo que pasa tanto por delante suyo como por detrás y no es solo la línea defensiva la que está jugando mejor, CBs como Riq Woolen, Coby Bryant y, por encima de todos, un Devon Witherspoon que lleva dos partidos imperiales, están mostrando otro aspecto.
Ante unos Cardinals que venían demostrando ser uno de los ataques más en forma de la NFL, consiguen no encajar ni un solo touchdown y, además, convierten al QB que mejor estaba jugando de la liga cuando era presionado, en un jugador perdido y sin soluciones (4/13 para Murray ante la presión).
En ataque, aunque en esta jornada tuvieron muchos problemas para poner puntos en el marcador, la temporada va bien, Geno Smith está jugando bien en un estilo que le pide arriesgar y son más las veces que saca cosas positivas que las que no, de hecho, es junto a Mahomes, el QB que menos jugadas con riesgo de intercepción suma en toda la temporada –once cada uno–. Geno está siendo un influjo muy positivo para unos Seahawks que vuelven a liderar la división y vuelven a tener fundadas esperanzas de jugar los Playoffs.
Rookie de la Jornada: Caleb Williams
La prueba que el número 1 del pasado Draft afrontaba esta pasada semana era de esas que suelen hacer naufragar a los QB inexpertos: enfrentarte a la defensa de Brian Flores y a todas las trampas, trucos y disfraces que te va a proponer para confundirte y provocarte errores. Caleb Williams, en cambio, jugó uno de sus mejores partidos desde que está en la NFL. Y lo hizo de una manera distinta a como suelen encarar a la defensa de Flores, lo hizo disparando a la zona intermedia. Estuvo con peso en el pocket y también sabiendo salir cuando tocaba, siguiendo sus progresiones, tomando buenas decisiones y con mucha precisión en sus pases. Las sensaciones con Caleb son cada día mejores, sobre todo desde que ha salido Waldron y el QB de los Bears ha cambiado una imagen bastante robótica, encorsetada, por otra mucho más suelta, liberada y creativa. Para la matrícula de honor faltó que lo hiciera bien en la prórroga y no fue así, pero su partido como globalidad fue excelente y muy prometedor. Creciendo en la dirección correcta.
MNF: Los Ravens se reconcilian consigo mismos
Los Baltimore Ravens llegaban a este Monday Night Football inmersos en un mar de dudas tras su derrota en Pittsburgh, porque son sin duda uno de los equipos con el techo más alto de toda la NFL y con un indudable potencial Super Bowl, pero al mismo tiempo han ido mostrando algunas vulnerabilidades e inconsistencias que les mantienen fuera del liderato de su división. Por eso, esta cita ante los Chargers era muy importante. Se medían a la que, en muchos aspectos, es la mejor defensa de la NFL y supieron descifrarla. La manera de hacerlo fue volver a sus orígenes, apoyarse en la carrera y no abandonarla, entender que insistiendo finalmente encontrarían la ventaja… y así fue. Un balance de 37 carreras por 22 pases es más que revelador. Aprovechando los dos safeties profundos con los que juega habitualmente Jesse Minter y golpeando sin parar y sin perder la brújula de lo que más les conviene.
Los Chargers plantearon una buena batalla pero se vieron muy afectados por la pérdida de JK Dobbins. Y es que Gus Edwards fue incapaz de producir nada positivo. Herbert volvió a jugar un gran partido pero su ataque se volvió muy unidimensional.
La victoria de Ravens fue completamente merecida en un partido en el que supieron ser fieles a sí mismos cuando estaban por detrás en el marcador. Esto es un asunto muy importante porque Baltimore ya ha demostrado que cuando es capaz de imponer su plan desde el principio es muy difícil superarles, pero cuando les toca ir a remolque a veces pierden el foco. En esta ocasión, no cayeron en el error de abandonar la carrera ni de querer apresurarse y la paciencia trajo consigo muy buenos frutos. Los Ravens se han dejado algunas victorias por el camino pero siguen siendo uno de los equipos más potentes y peligrosos de toda la liga.