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Mundo NFL | Sitio oficial de la NFL en español

NFL Salvaje W4

Permítanme hoy una licencia: que vaya a hablar de este deporte desde otro prisma diferente. Desde aquel que puede tener un entrenador de fútbol americano que nunca entrenó en la NFL pero que tanta influencia ha tenido en la liga, por el desarrollo de sus protagonistas. La NFL no se entiende sin el College Football, pero el College Football sí se entiende sin la NFL. Lo que son actualmente los jugadores, responde a lo que una vez fueron, con la formación e influencias en su juego que no debemos pasar por alto porque todo ello marca la forma de evolucionar nuestro deporte. Por ello vamos a hablar de partidos y jugadores de esta semana 4, pero desde otro vértice para que no se olvide de dónde vienen los profesionales, aunque sea hablando de alguien relevante que cuenta con gloria y plata, pero que sirva para tomar conciencia de muchos otros entrenadores sin dicho reconocimiento y dólares, y que tanto influyen en lo que hoy es la NFL, sin los que todo este tinglado, no sería lo que Vd. conoce.

Riley Bowl y la Sala del caos

Tengo un amigo, gran conocedor del fútbol americano que, como halagador habitual del fútbol universitario, tilda la NFL de fútbol enlatado; como si se tratara de sardinas salvajes pescadas en la mar, cortadas, fileteadas, apiladas y listas para su consumo directamente de una lata. Pero claro, hablamos de peces que ya nunca volverán a aletear, y donde su parte salvaje quedó ahogada allende los mares. Por el contrario, lo que la NFL nos proporciona, es la selección de lo mejor de aquel mundo universitario, otrora salvaje, hoy ya profesionalizado, para que nosotros no tengamos la necesidad de filtrar, porque los mejores están ya aquí, desfilando cada domingo en nuestro televisor. Y es que no se puede entender la NFL sin el college Football; es de donde bebe y se nutre para formar el músculo que ofrece la mejor competición deportiva del mundo y ahí, desde el Rutgers vs. Princeton de aquel 6 de noviembre de 1869, hasta ahora, todo ha sido un proceso de aspiraciones sociales, económicas, gloria y cuerpos llevados al extremo físico. Donde los protagonistas han ganado mucho, pero el deporte ha perdido esa porción de ingenuidad y pureza.

Y es dentro de este proceso de selección natural darwiniano donde solo los que mejor se adapten al cambio, sobreviven, y con ello pervive el ánimo salvaje, intuitivo, menos procesado, moldeado por las enseñanzas que cada jugador ha reflejado en emparrillados de todo el territorio americano, antes de entrar en esta jungla que devora egos, cuerpos, mentes y que, a la postre, alimenta nuestra afición. Y toda esta exposición que acabo de hacer me lleva a hablar de alguien que, indirectamente, fue protagonista en esta semana 4, Lincoln Riley, actualmente entrenador de USC y uno de los mejores desarrolladores de quarterbacks en el fútbol universitario que además hoy forman parte de nuestro habitual costumbrismo de domingo, habiendo forjado en la Universidad de Oklahoma, su leyenda. Tuvo una gran influencia en jugadores que hoy tenemos en la liga profesional como Kyler Murray, Caleb Williams, Spencer Rattler y dos que se enfrentaban esta semana: Baker Mayfield y Jalen Hurts, en el Raymond James Stadium de Tampa, entre Eagles y Buccaneers: La Riley Bowl.

mayfield tw

Lo que es hoy Baker Mayfield, starter consolidado en una franquicia aspirante en la NFL, responde a un proceso que viene de lejos. Cuando Mayfield se transfirió de Texas Tech a Oklahoma en 2014, Lincoln Riley ni siquiera estaba aún en el staff (llegó como OC en 2015). Pero cuando lo conoció, Mayfield le pedía reuniones de tape a diario, sin ni siquiera estar becado aún. Riley quedó tan impresionado por su nivel de detalle en las lecturas pre-snap que lo promovió antes de que el head coach ,Bob Stoops, diera luz verde. Incluso improvisaban sesiones de tape en una pizarra blanca que Riley tenía en su garaje, con latas de refrescos como marcadores de posiciones defensivas. En su etapa en Oklahoma, Riley tenía una sala de reuniones donde, cada viernes, ponía a sus QBs bajo presión con una dinámica llamativa: Apagaba las luces, ponía el ruido del estadio, y gritaba conceptos defensivos sin dar tiempo para pensar. Sus jugadores debían responder con la jugada perfecta de su libro, indicando protecciones y hot reads. Siempre comentaba que su deseo era que la mente les duela antes que el cuerpo. Los jugadores y asistentes conocían esa sala como "chaos install" o "darkroom sessions".

Baker Mayfield odiaba esa sala. Caleb Williams la adoraba. Al margen de querer preparar a sus quarterbacks para enfrentar la realidad, tenía manías y formas en cuanto al reclutamiento de jugadores. Preguntado una vez, por qué fichó a un determinado quarterback que no tenía estadísticas importantes, decía que daba igual que haya completado 5.000 yardas, si no alinea pies y ojos, no sirve. Tenía una filosofía del modo de hacer siempre en favor del grupo, del equipo, por encima del individuo. A Baker, Riley dio estructura mental a un jugador extremadamente caótico pero muy competitivo. Mayfield llegaba de Texas Tech con mecánicas desordenadas, mal control emocional y sin una progresión clara de lectura. Riley lo moldeó a través de pautas de progresión full-field, limitando los "one-read scrambles" que usaba en Texas Tech, pero sobre todo, hubo 3 cosas que trabajó con él:

  • Le cambió el tempo de dropback para alinearlo con el timing de los diferentes conceptos empleados, especialmente Mesh y Y-Cross.
  • Le prohibió improvisar durante los primeros 2 segundos de la jugada.
  • Le pidió presentar scouting reports como si fuera un asistente del staff para familiarizarse con los movimientos del rival y resolver problemas planteados.

Pero una de las cosas de las que más se ha hablado es cuando, tras cada entrenamiento, le hacía quedarse en las instalaciones para simular jugadas contra defensas que ni siquiera estaban en el calendario de la universidad, porque como él decía: "Baker necesita resolver lo desconocido sin ansiedad". Mayfield ganó el Heisman, y hoy es lo que es, tal y como lo conocemos y por todo lo que pasó en la NFL.

Hurts+TN

Respecto a Jalen Hurts, este venía con un trauma en Alabama. El banquillo al que le sometió Tua Tagovailoa por decisión de Nick Saban tras aquella final contra Georgia del 8 de enero de 2018, en cuya segunda parte sentó a Hurts y con la entrada de Tua, se remontó un partido perdido, fue algo que nunca olvidó. Etiquetas como only runner QB era una más de las que se lanzaban sobre Hurts. Riley confió ciegamente en él. Su objetivo fue hacer de Jalen un QB con confianza desde el pocket. Redujo el sistema a lecturas claras, con RPOs y flujos progresivos entre niveles. Para esto, le obligó a quedarse una hora extra cada día para entrenar su footwork sincronizado con conceptos de rutas, especialmente rutas dagger y dig/post combos. Eliminó por completo los scrambles durante dos semanas de prácticas: "tu escape eres tú pensando más rápido, no corriendo más rápido." Le enseñó a manipular safeties con la mirada, como algo fundamental para crearse espacios de pase. Cuando un día, Hurts preguntó si podía correr más en los partidos, Riley respondió con frases que enfatizaban más el Corre cuando lo pida tu mente, no cuando lo pida tu cuerpo. Al final siempre enfatizó el uso de la cabeza como primer paso antes del físico. Riley le exigió a Hurts en Oklahoma que se convirtiera en un QB más procesador que improvisador. Jalen ha dicho en múltiples entrevistas que esa etapa le cambió la manera de ver el juego, y que Riley "le enseñó a confiar en su mente, no solo en su físico".

Y este pasado domingo ambos se enfrentaron. A pesar de haber sido paridos en el mismo nido, son diametralmente distintos. Mayfield además presentaba una OL hecha pedazos sin su parte derecha, con Mauch y Goedeke fuera. Y si se ve el partido, se puede observar como Baker Mayfield ejecuta más conceptos de pase, dropback Spread desde shotgun puro, con énfasis en lecturas intermedias y verticales. Jalen Hurts, en cambio, opera desde formaciones Gun con el RB en offset, en sets 11 o 12 personnel, favoreciendo RPOs, Zone Reads y rutas Glance tras mesh fake. Tampa Bay tiende a usar Half-field reads con opción a Floods o Smash Fade, donde Mayfield elige teniendo en cuenta el leverage del cornerback, mientras que Philadelphia sobrecarga el juego corto e intermedio con Option Routes, Stick-Flat, Y-Cross y Drive concepts diseñados para ganar desde el slot. Mayfield lanza más Play Action desde looks vacíos pre-snap, lo que genera confusión defensiva por formación, mientras que Hurts utiliza el Tush Push como amenaza estructural que obliga a ajustes defensivos y habilita Play Action Rollouts o Inside Zone Split.

Baker lanza desde estructura de 5-step dropback y full-field reads, lo que exige mayor protección estructural. Hurts, en cambio, prioriza lecturas de uno o dos niveles con timing ajustado a su movilidad, usando QB Counter Bash y Bootlegs como extensiones del pase. Y es que usando diferentes formaciones y esquemas ofensivos, uno vive más en el riesgo como Baker, el otro compra seguridad en cada acción, sin regalar una pulgada de campo a ningún rival. Solo un fallo final de Mayfield, que como dije, vive más en situaciones de riesgo, terminó el partido de la única forma en la que un duelo de QBs criados en la Oklahoma de Riley, no debería terminar: con una intercepción. Pero como decía el QB Whisperer: "We don't scream at picks — we coach through them."

Caleb Williams

It better be great, Caleb

Caleb es, probablemente, el QB más creativo que ha entrenado Riley. Pero su reto fue el opuesto, canalizar el caos sin privarle de la magia. Le dio libertad absoluta en los checks, pero con estructuras claras: "puedes improvisar, pero dentro del pentagrama." Le asignó 5 jugadas por semana donde él podía cambiar la ruta de todos los receptores pre-snap, como si fuera un OC. Practicaban drills de 4 segundos fuera de estructura, donde debía mantener mecánica pese al movimiento. En entrenamientos, Caleb tenía códigos especiales (p.e. Green 5) que significaban: haz lo que quieras, pero anota o mueres. Estos códigos eran muy típicos en L.R. Riley no le corregía cuando improvisaba, pero sí lo obligaba a reexplicar cada jugada creativa ante el staff completo, como si fuera un diseño entendible y correcto. Como siempre decía: "If you're going to play out of structure, it better be great.". Con Ben Johnson, Caleb está aprendiendo a poner su talento al servicio del equipo, a conducir sus scrambles bajo mínimos y solo cuando sea estrictamente necesario, a olvidar que salir del pocket es el vencimiento a la adversidad y a encontrar en la recepción, su único objetivo. Es difícil, pero cuando uno tiene talento, todo se vuelve más sencillo. Pensemos en la libertad de Riley. El entrenador instalaba el concepto base en reuniones pero Caleb podía modificar 1 de 4 elementos: motion, formación, ruta clave o protección. En ciertas situaciones ("Green packages"), tenía 100% de libertad siempre que identificara cobertura y front correctamente. Toda esta libertad adaptada a unas cualidades, requiere un tiempo de adaptación a sistemas diferentes, pero Caleb tiene lo difícil: el talento.

Chicago se enfrentó este fin de semana a Raiders, y no tuvo mejor partido a nivel individual, pero lo que sí se ve es una determinación hacia el reparto de pases de forma constante y a su ritmo, sin querer retener el balón más de lo debido. Caleb Williams mostró ante los Raiders un notable avance en gestión de partido y toma de decisiones bajo presión. Lideró el drive decisivo del último cuarto con precisión, movilidad controlada y uso inteligente de su brazo en situaciones de los llamados layered throws, especialmente en la conexión de 29 yardas con Cole Kmet, donde leyó bien la rotación del safety hacia Cover 3 y atacó el seam intermedio. Su capacidad para mantener los pies vivos en el pocket mientras escanea progresiones fue más disciplinada que en semanas anteriores. También ejecutó un scramble clave de 12 yardas, pero lo hizo tras agotar la progresión, no como primera reacción, y esto es algo importante. La distribución del balón fue más equilibrada y su anticipación en rutas in-breakers de zona media fue técnicamente sólida, con release rápido y plataforma estable. Sin embargo, a pesar de toda esta mejoría, sigue mostrando algunos fallos mecánicos en jugadas rotas: en varias ocasiones, bajó la vista al primer signo de presión y recurrió a su instinto antes de agotar lecturas — en una de ellas provocó un sack por Tyree Wilson tras no desplazar el pocket correctamente. También forzó un pase en zona roja que fue desviado, en una jugada donde la flat estaba abierta, evidenciando que aún le cuesta elegir el throwaway o el checkdown con naturalidad. En conceptos de timing puro (como Stick o Slant-Flat), a veces ralentiza el release buscando big plays, lo cual rompe el ritmo estructural del sistema. Aun así, su control emocional en el drive final y la capacidad para ajustar protecciones desde shotgun confirman que su curva sigue claramente ascendente.

Con Riley aprendió a someter el talento a una libertad justificada, con Ben Johnson está en proceso de controlar el partido, el juego y el sacrificio del uno por el todo.

Arizona Cardinals quarterback Kyler Murray (1) stands on the sidelines during the national anthem prior to an NFL football game against the Seattle Seahawks, Thursday, Sept. 25, 2025 in Glendale, Ariz. (Brooke Sutton via AP)

De los Oakland A's a los Cardinals

En 2018, Kyler Murray ya había sido drafteado por los Oakland Athletics como novena selección global del MLB Draft y había firmado un bono de 4,66 millones de dólares. Todo nos llevaba a que el béisbol sería su camino… excepto que Lincoln Riley no estaba de acuerdo. Riley le dijo: "Sé que podrías ser una estrella en el béisbol, pero puedes ser el mejor quarterback del país. Y puedes hacerlo ya" (College GameDay, ESPN). Cosas que hay que decir o exagerar para lograr objetivos, aunque de algo estoy seguro con L.R.: realmente lo creía.

Convenció a Kyler para quedarse una temporada más en Oklahoma como titular tras la salida de Baker Mayfield, prometiéndole un sistema hecho a su medida, basado en spacing, ritmo y explosividad. El resultado fue extraordinario: Murray ganó el Heisman Trophy 2018, firmó una de las temporadas más eficientes en la historia del college football (4,361 yardas, 42 TDs, 11 INTs y más de 1,000 yardas por tierra) y fue elegido número 1 del Draft de la NFL en 2019 por los Arizona Cardinals, cuyo esfuerzo fue notable cuando una temporada anterior habían drafteado a Josh Rosen en el top 10 de primera ronda. Riley no solo adaptó el sistema a su talento, sino que también gestionó su transición mental hacia el fútbol profesional a pesar del ruido mediático en torno al béisbol. Esa decisión cambió la carrera de Murray… y la de Riley, consolidándolo, desde aquí, como el "QB Whisperer" del college football moderno.

Murray no lleva haciendo buenos partidos en sus primeras 3 semanas. Eso es un hecho, leía mal situaciones en las que debía él generar la jugada por piernas, y al revés, corría cuando el pase estaba más accesible. Y todo esto se ve. En palabras de Lincoln R., Kyler tenía todo el talento físico, pero no leía el campo. Riley trabajó con realidad virtual y simuladores de defensas pre-snap para enseñarle a procesar coberturas sin ejecutar físicamente. Había dicho públicamente que Kyler Murray era "el atleta más explosivo que ha entrenado", pero también que requería ayuda para procesar coberturas con anticipación y tomar decisiones pre-snap. Personalmente creo que son cosas que se pueden ver hoy en día.

L.R. trabajó con él en muchos sentidos. Le armó un sistema basado en lecturas pre-snap con ajustes post-snap muy ligeros, lo que permitía que Kyler usara su instinto sin sobrecarga mental. Eliminó conceptos lentos de desarrollo: todo era tempo, velocidad y separación temprana. En Red Zone, le diseñó jugadas con motion invertido y leverage vertical. Al final Riley no quería otra cosa que explotar su talento, y ponerle un entorno que facilitase todo esto.

En el año 2018, Oklahoma era el equipo con menor TTT "time to throw" promedio en Power 5, y usaba conceptos como Bubble-Glance, Slant-Out y Mesh bajo, diseñados para separación inmediata. Riley quería que Kyler ejecutara antes de que pensara demasiado. El jueves pasado, contra Seahawks, Murray lideró dos drives tardíos con touchdowns, incluyendo un pase de alto grado de dificultad a Marvin Harrison Jr. en el 4º cuarto (16 yardas con 26 % de probabilidad de éxito), y mantuvo agresividad ofensiva pese a la presión. Su toma de decisiones fue más estable y completó el 66 % de sus pases, reflejando mayor control en la ejecución. También supo mantenerse resiliente tras seis sacks, sin desconectarse del partido ni caer en caos. En general, jugó con más estructura, algo que le había faltado en las tres primeras semanas. Sin embargo, las dos intercepciones —una por mala decisión— siguen pesando, y la protección deficiente lo volvió a exponer en exceso. Fuera del último cuarto, la ofensiva fue floja, y gran parte de su producción llegó en un contexto de desventaja controlada por Seattle. Además, su impacto depende demasiado de jugadas explosivas, lo que lo hace vulnerable si el rival cierra esas ventanas. Algunos de los sacks reflejan falta de reconocimiento temprano del pass rush. Aunque mejora, aún debe recuperar consistencia durante los cuatro cuartos. K.M. debe reconocer los momentos de los partidos, y cuando se den, agarrarlos por la pechera y decidirlos, como toca a un QB de su nivel, pero no lo hace y todo ello lo convierte en vulgar, cosa que, a lo mejor, a él, en estos momentos, no le importa tanto con la chequera en la mesilla.

New Orleans Saints quarterback Spencer Rattler (2) calls out at the line of scrimmage in the second half of an NFL football game against the Buffalo Bills, Sunday, Sept. 28, 2025, in Orchard Park, N.Y. (AP Photo/Sue Ogrocki)

QB1: Beyond the Lights

Ésta, es una serie documental estadounidense dirigida por Peter Berg que sigue la vida de tres quarterbacks de instituto en su última temporada antes de ingresar al fútbol universitario. Se estrenó originalmente en la plataforma go90 en EE. UU. en 2017, y luego fue retomada por Netflix para algunas temporadas posteriores. Spencer Rattler fue uno de los quarterbacks más prometedores, reclutado como 5 estrellas y protagonista estrella en QB1: Beyond the Lights. Comenzó como titular en Oklahoma bajo Lincoln Riley, pero perdió el puesto en 2021 ante Caleb Williams tras bajones de rendimiento. Su caída fue pública y sonada, se reinventó en South Carolina a pesar de múltiples críticas, donde encontró esa madurez y resiliencia que muestra habitualmente. En 2024 fue drafteado por los Saints, esta vez sin el ruido mediático, pero con más solidez mental y sin la presión de un 5 estrellas o primera ronda. Su elección se produjo en 2024 con el pick 150 de quinta ronda.

Rattler tenía mecánicas brillantes y brazo élite, pero poca madurez y mala disciplina mental. Riley trató de reformarlo con reglas estrictas para la toma de decisiones:

Solo podía lanzar en ciertas ventanas y se le limitó el checkdown como castigo si no leía el campo y el trabajo de L.R. con él fue planificado mediante entrenamientos como estos:

  • Sesiones de "lanzamiento en silencio": sin receptores, solo imaginando las ventanas.
  • Se le grababan prácticas y se pausaban para que él mismo detectara malos hábitos visuales.
  • Trabajaron mecánicas en vertical ladders: dropbacks con reloj, donde debía lanzar en exactamente 2.7 segundos.

Pero con Rattler hay que comprender todo el contexto; en 2021, Spencer era el quarterback titular de Oklahoma con grandes expectativas tras una sólida temporada 2020. Sin embargo, en el clásico ante Texas (Red River Rivalry), los Sooners caían 28-7 en el primer cuarto tras un fumble y una intercepción. Lincoln Riley tomó entonces una decisión: lo mandó al banquillo y dio entrada al freshman Caleb Williams, quien lideró una espectacular remontada y nunca más soltó la titularidad. Riley no justificó de inmediato su decisión, lo que generó especulación nacional, y simplemente declaró: "We needed a spark. Caleb gave us that. Spencer handled it like a pro." Pese a lo duro del momento, Rattler no abandonó el equipo; permaneció en el programa, entrenó, apoyó a Williams y evitó cualquier polémica pública. Su madurez sorprendió, al punto de que Riley diría semanas después: "What people won't see is how much Spencer helped Caleb in meetings and prep. He never made it about himself." Y esto último es lo que define a Rattler, su puesta a disposición a favor del grupo, con más o menos talento, no va a faltar cosas como dar la cara, y máximo rendimiento dentro de su capacidad.

En su partido contra Buffalo de este domingo pasado, Spencer completó 18 de 27 pases para 126 yardas y un touchdown, mostrando una más que decente tasa de acierto bajo presión. Se movió bien usando su movilidad: corrió 6 veces para 49 yardas, generando primeros downs con sus piernas. Aprovechó el diseño del juego terrestre del equipo para dar equilibrio a la ofensiva y aliviar la presión que venía asumiendo. En momentos, fue agresivo en zonas de anotación: lanzó un TD con cobertura ajustada, mostrando que está dispuesto a tomar riesgos. Y respecto a semanas anteriores, pareció más calmado en sus lecturas y menos propenso a forzar pases: su producción fue más sostenida, no sólo basada en escapismos extremos. Aún con todo, tiene cosas que mejorar. Rattler lanzó una intercepción cerca de la goal line al intentar un pase en zona roja bajo presión defensiva, penalizando una lectura apresurada. En muchas jugadas, la ofensiva se estancó en el segundo y tercer nivel: no penetró consistentemente más allá del perímetro intermedio. La protección fue inconsistente: sufrió presiones que le obligaron a moverse fuera del pocket y en algunos casos forzar pases incómodos. Su promedio de yardas por intento quedó en un bajo impacto (126 yardas en 27 pases) — muestra que no generó explosividad constante. Y aunque mostró algo de confianza, aún le falta regularidad en los 4 cuartos: cometió errores en momentos críticos y cayó en momentos de baja producción. Pero ahí está, haciendo que su equipo compita y pueda convertirse en algún momento, quien sabe, en un backup decente o su evolución haga que hasta pueda ser dueño de un volante en la NFL. Veremos con el tiempo.

Comienza la semana 5 de forma inminente, llegan los byes, prosiguen las lesiones y la competencia no cesa en cada división, pero los que vemos este deporte de hace ya décadas y aún seguimos por aquí, no dejaremos de poner en valor que el Football que vemos cada fin de semana, tiene un origen, un porqué y lo que es más importante, una vida detrás que ayuda a moldear lo que vemos cada domingo en la televisión.

Feliz semana 5!!