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NFL Salvaje w5: el fan atrincherado

Existen liturgias deportivas, especialmente en los aficionados de salón, televisión, manta y móvil en mano, de las cuales nadie puede escapar. El aficionado, más que espectador, es intendente y cronista: reparte méritos, inventa coartadas, redacta partes de victoria y dicta sentencia. Su equipo no juega mal: se está construyendo; su quarterback no se pone en peligro: él es como es, hay que aceptarlo, arriesga por personalidad; si la defensa es un colador: son jóvenes talentos; si el entrenador arriesga en cuarto down: los punts son de cobardes. El hincha ha aprendido a conjugar el subjuntivo de la épica: si esa ruta se ejecutara mejor, si el árbitro no nos robara, si el empedrado fuera... Toda derrota es medalla de honor. Cada vez hay menos autocrítica y cada día se ve más el conformismo con la franquicia de la que se es aficionado.

De hecho, no se le ocurra a Vd., sabio lector, proferir crítica a una franquicia, inmediatamente será catalogado como "anti" o fan del equipo contrario, del mismo modo que si se critica a un partido político es porque es del partido antagónico, esto es así en nuestra mal parida sociedad. Y desde esas trincheras ofensivas, el fan se siente tranquilo, apaciguado, como el que en la guerra encuentra sosiego, porque la paz es aburrida y el cuerpo pide marcha; reconocer los errores de su quarterback o Franquicia, es de pusilánimes, y cualquiera que ose entrar en esa zanja será debidamente ajusticiado. Tenga cuidado, no pase Vd. por ahí y haga algún comentario, que algún aldabonazo se llevará.

Pero mi propuesta va hacia los lunes de barro tras una derrota dominguera, cuando uno se levanta admitiendo errores de sus jugadores, fallos en la planificación del partido y una idea atraviesa el cerebro queriendo advertir que el rival no fue tan malo. Salga de las trincheras, sea poco condescendiente con su equipo y con unos profesionales que viven de esto muy bien, y si es capaz de verlo desde lejos, con más tibieza, pensando que puede perder antes siquiera de que el encuentro haya comenzado, le digo una cosa, sufrirá menos. El fan que vive fuera de las trincheras es más feliz y su relación familiar mejor, porque como siempre, el que poco espera poco puede resultar decepcionado. Salga de la trinchera y deje de pensar que el mundo va contra su franquicia, la vida deportiva es mucho más injusta, incluso más de lo que Vd. piensa, solo que no solo se centra en Vd. para querer castigarle, es una injusticia universal, que asola al débil y esquiva al fuerte.

San Francisco 49ers middle linebacker Fred Warner (54) celebrates after the 49ers defeated the Los Angeles Rams in overtime of an NFL football game, Thursday, Oct. 2, 2025, in Inglewood, Calif. (AP Photo/Jessie Alcheh)

VICTORIAS DESDEÑADAS

No se le ocurra quitar valor a ninguna victoria, por más que le digan que esta o aquella no tiene mérito y que es Vd. resultadista. No! Lo que sucede es que es Vd. realista, no solo con los pies en el suelo, sino con las rodillas clavadas en él. Esta NFL Salvaje, la competición deportiva más dura del mundo, es como un laberinto en el que cada viraje o esquina esconde un mandoble que le sacude hasta el esqueleto y se lo pone como las maracas de Machín, y solo encontrar la manera de ganar, esa salida única, tiene un mérito gigante, porque esperar a que Teseo mate al Minotauro, es a día de hoy, algo poco probable.

Y con esto no olvidemos el desdén hacia equipos que, con muchas bajas, se han trabajado las victorias logradas. Se me ocurre como con estos 49ers, ¿cuántas victorias despreciamos? Ganaron a Seahawks, Saints, Cardinals y Rams. Este último partido contra LAR, lo jugaron fuera de Santa Clara y contra un equipo que presentaba a toda su gente fuerte en el once inicial (Stafford, Adams, Nacua, K.Williams…). Mientras, los de la Bahía tenían fuera del partido a Brock Purdy (QB), George Kittle (TE), Brandon Aiyuk (WR), Jauan Jennings (WR), Ricky Pearsall (WR), Jordan Watkins (WR), Robert Beal Jr. (DE), Nick Martin (LB), Jordan James (RB) y Nick Bosa (DE).

No es poca cosa y esa defensa ha sostenido el equipo en estos partidos. No solo juega el ataque, la defensiva es parte integral del juego y Bryce Huff, Fred Warner, Gross Matos, Collins y compañía están subiendo el nivel gracias también a su Coordinador; Saleh es un gran técnico defensivo. Ahora mismo juzguen si esa victoria es merecedora de mérito o no lo es. Ese equipo tiene un sistema, el sistema Shanahan, y los jugadores van y vienen, y lo mejor de todo, funciona y lo hace con Mac Jones y con Purdy, mejor o peor, pero esa cadena de montaje sigue corriendo, cambian piezas, pero sigue rotando sin parar. Con Purdy fuera, Shanahan le dio a Mac Jones un guión de ritmo y distribución: mucho quick game (slant-flat, spacing, stick, dagger/drive en 3ª media), motion pre-snap para identificar coberturas, y play-action desde wide-zone/duo para atacar ventanas intermedias sin obligarle a boots largas. El plan se apoyó en McCaffrey (run y screens) y en Kendrick Bourne como punto de volumen en rutas intermedias (in-breakers, digs, curls a la "drift"), y conceptos flood/sail contra las coberturas match de L.A. El resultado fue evidente: Mac Jones intervino con 2-3 lecturas, pases con gran timing y dos TD, sosteniendo drives y gestionando finales ajustados en over time.

Qué luego sean mejores o peores en partidos venideros, eso es harina de otro costal, pero lo hecho hasta el momento, permítanme, tienen todo mi reconocimiento, hay sistema, hay defensa, hay staff y hay jugadores que hacen honor al next man up.

New York Jets head coach Aaron Glenn watches during the second half of an NFL football game against the Dallas Cowboys Sunday, Oct. 5, 2025, in East Rutherford, N.J. (AP Photo/Yuki Iwamura)

EL MAYOR RETO DE LA NFL MODERNA

El mayor reto de la NFL Moderna es entrenar exitosamente a Jets. Da igual quien vaya, jugadores y entrenadores. Hay algo ahí que no va, no funciona. Entrenar con éxito a los Jets se ha convertido en el Everest de la NFL por una suma indefinida de factores: un mercado mediático que incendia cualquier conato de crisis, propiedad impaciente, rotación crónica de playcallers, y una década larga de errores de personal que han dejado líneas ofensivas frágiles y un carrusel de QBs (Justin Fields (2025–), Zach Wilson (2021–2024), Aaron Rodgers (2023, 1 start antes de lesionarse), Trevor Siemian (2023–2024), Tim Boyle (2023), Mike White (2021–2022), Joe Flacco (2021–2022), Sam Darnold (2018–2020), Josh McCown (2017–2018), Bryce Petty (2017), Ryan Fitzpatrick (2015–2016)). Esa mezcla crea una cultura del ganar impaciente, sin cimientos estables: planes que cambian cada tres semanas, estrellas que llegan con expectativas desmesuradas y un vestuario que convive con la sospecha constante.

Su último QB, Justin Fields, presenta estos números, y dígame Vd. si es un problema el QB, el entrenador o la Franquicia:

Pase: 71/106, 67.0 % completos, 754 yds, 4 TD, 0 INT, rating 100.1, con 10 sacks (93 yds)

Carrera: 31 acarreos, 204 yds (6.6 yds/acarreo), 3 TD de carrera, 1 fumble (1 perdido)

Robert Saleh dejó un 20-36 entre 2021-2024, con picos defensivos pero sin continuidad ofensiva ni playoffs; en 2024 ni siquiera terminó la temporada (interino Jeff Ulbrich 3-9), y un año después Glenn inaugura su carrera como HC con un 0-5, el peor inicio histórico de un HC de los Jets. Es decir, cambia el nombre propio, persiste el ecosistema: misma presión, misma impaciencia, mismos vicios de construcción de plantilla. Por eso la "tarea Jets" no se arregla con un discurso: exige alinear propiedad, personal y esquema durante meses, no semanas; hasta entonces, cualquier entrenador choca con la misma pared.

New England Patriots wide receiver Stefon Diggs (8) and quarterback Drake Maye (10) are interviewed after winning an NFL football game against the Buffalo Bills, Sunday, Oct. 5, 2025 in Orchard Park, N.Y. (Kathryn Riley via AP)

LA ILUSIÓN DE LA RECUPERACIÓN DE LOS PATRIOTS

Uno de los proyectos más ilusionantes en pretemporada, al menos para mí, eran los Patriots. Incorporaron mucha trinchera con nivel, y además en la línea ofensiva, draftearon al que, casi por unanimidad, era el mejor Guard del cuadro, Will Campbell. Disculpen, dije Guard cuando quería decir Tackle. El nivel del chaval, hoy por hoy en el lado izquierdo, está subiendo día a día como corresponde a un rookie: con paciencia y juego, el talento sale solo. Pero sobre todo, a mayor protección, más podrá brillar la joya de la Corona de Nueva Inglaterra: Drake Maye. Y claro, cuando esto funciona relativizamos el nivel de los skill players que le rodean. Veamos un momento esa defensa: En la línea y el front lo más productivo fue el paquete de presión situacional: Milton Williams (1/2 sack, 1 TFL, 1 QB hit) ganó interiormente en stunts, Jaylinn Hawkins entró como rusher añadido y sumó 1/2 sack, y Christian Barmore y Harold Landry III generaron QB hits que forzaron pases desajustados; detrás, Robert Spillane (8 tackles) cerró puertas en el segundo nivel. No fue una avalancha de sacks, pero sí presión oportuna y golpes al QB rival. En la secundaria brilló Marcus Jones con la jugada defensiva del partido (intercepción a Josh Allen en la yarda 10) más 7 tackles, 2 pases defendidos y un TFL; sólido Christian Gonzalez (1 PBU) en los cruces intermedios, y aportes agresivos de Kyle Dugger y Carlton Davis III con impactos al QB desde blitz de perímetro (cada uno registró un QB hit). Esa combinación de ball skills + tackles en campo abierto sostuvo las coberturas en 3º down y protegió los números cuando Buffalo buscó a Kincaid.

Pero déjenme hablarles de Maye que no consiguió ningún TD de pase ni carrera, pero cuyo juego liderando fue indudable. En términos de concepto, New England cargó el quick-game y los in-breakers para neutralizar el rush y explotar leverage interior, con motions para identificar cobertura y crear stacks a Diggs. Cuando Buffalo ajustó con match/quarters, New England le dio a Maye conceptos basados en rutas a un mismo lado combinadas con crossers a distintos niveles, creando situaciones favorables para ayudar al chaval. La protección no fue perfecta (4 sacks), pero el +3 en pérdidas derivado de no cometer turnovers en ataque, mantuvo el guion vivo hasta el último drive. Muchas series largas, posesión equilibrada y puntos de Borregales; cuando Buffalo recortó, surgió un gran Maye que encadenó pases de gran acierto a Diggs y Henry para fabricar el field goal ganador. Y algo muy importante que poco se menciona porque solo consiguió 12yds netas de carrera, pero su carrera de 9 yardas y otras laterales con pases a Diggs eran amenaza. Esa constante capacidad de piernas obligó a los defensores de la hook a no hundirse del todo, lo que a su vez limpió las ventanas de drift/dig. Maye tiene mucha seguridad en lo que hace, transmite seguridad, y además lo hace todo con bastante limpieza. Es pronto para abrir las puertas de palacio, pero es tentador subirse a este carro, el de un talento sin miedo a caminar sobre cuerdas. Josh McDaniels sabe como tratarle en Xs y Os que mejor se ajusten, lo demás dependerá de él, y no parece decepcionar.

Jacksonville Jaguars quarterback Trevor Lawrence (16) dives into the end zone past Kansas City Chiefs safety Jaden Hicks (21) to score a touchdown during the second half of an NFL football game, Monday, Oct. 6, 2025, in Jacksonville, Fla. (AP Photo/John Raoux)

Y POR FIN LAWRENCE

Contra Kansas City, Trevor Lawrence ejerció un liderazgo de QUARTERBACK FRANQUICIA, en mayúsculas: se comió el 0–14 inicial sin precipitarse, ordenó el tempo con motions y checks al frente (más quick game para no regalar golpes) y, cuando Kansas City se cerró por dentro, castigó con sus piernas en man y match: 54 yardas por tierra y 2 TD —incluido el sprint ganador de 1 yarda tras tropezar en el snap y levantarse de puro instinto—. En pase estuvo excelente: 18/25, 221 yd, 1 TD, 1 INT que debió ser flag, priorizando lecturas definidas y sus rutas 'in' para sostener series y llegar vivo a los 2 minutos finales. Ese drive del 28-24 al 31-28 es manual de calma bajo presión y de gran QB: salida en la 40 por kickoff fuera, penalti de PI que él fuerza atacando leverage y, en goal y una, decisión y ambición para resolver con el cuerpo cuando la jugada se rompe.

El contexto amplifica el liderazgo: Jacksonville cortó una racha de años sin ganar a KC y se puso 4-1 con un equipo que también responde en defensa (el pick-six de 99 yd de Devin Lloyd giró el partido y la noche) y con un head coach nuevo, Liam Coen, que le ha dado a Lawrence un paquete de herramientas claro: carrera funcional, play-action selectivo, agresión entre números y libertad situacional cuando la jugada pide creación. Coen lo dijo: la acción ganadora es "un esfuerzo individual increíble", pero llega después de 60 minutos de resiliencia, ajustes y de un QB que no perdió el mando emocional del grupo. Eso sí que es el sello de liderazgo que queda.

De la misma forma que se nos llena la boca para hablar de cómo Allen se pone a la espalda su equipo, no puede dolernos prendas a los que tanto le hemos criticado, para reconocer que Lawrence ha hecho eso mismo que Allen hace casi cada domingo, por piernas y brazo: ganar un partido porque él lo ha decidido así.

Baltimore Ravens kicker Tyler Loop (33) stands on the sideline during the second half of an NFL football game against the Houston Texans, Sunday, Oct. 5, 2025, in Baltimore. (AP Photo/Nick Wass)

¿ENTERRAMOS A BALTIMORE?

Se puede perder, pero no de forma humillante. El partido de brazos caídos de Ravens contra los Texans fue impropio de un equipo como Baltimore. El 1–4 llega con una plaga de lesiones muy concentrada en defensa (Marlon Humphrey, Chidobe Awuzie, Kyle Hamilton, Roquan Smith) y pilares de ataque/bloqueo (Ronnie Stanley, Patrick Ricard) fuera a la vez, lo que explica el derrumbe puntual (últimos en puntos encajados) más que una inviabilidad estructural. John Harbaugh no ha señalado cabezas; pide cohesión y ajustes —más man y menos zonas blandas— para tapar fugas mientras regresan titulares. El calendario ayuda: Rams en Week 6 y bye en Week 7, un puente natural para resetear, recuperar piezas y reordenar el plan defensivo. Si con Lamar vuelven a un guion de posesiones largas y ese Football complementario del que tanto habla Campbell, ese solo cambio ya recorta la exposición de una defensa parcheada.

Con el bye inmediato el escenario conservador es apuntar a Lamar para la semana posterior al descanso pero ¿podría ser tarde con un 1-5? Baltimore no necesita milagros, necesita salud y dos semanas de estabilidad. Si recupera su juego, es capaz de ganar 6-7 partidos consecutivos y ahí sí le pondría en condiciones de Playoffs. Pero hay que hacerlo y eso, hoy por hoy, se antoja difícil.

Empieza la semana 6, esto no para, y aquí seguiremos. Feliz semana de Football!!