A medida que se acerca el final de temporada, se reduce el círculo de equipos contendientes. Paralelamente, se afianza aquel grupo de equipos comparsa que sin hacer ruido se empiezan a asomar en la foto y que a la postre pueden terminar haciendo daño.
Considerando que de este punto a mediados de diciembre pueden cambiar muchas cosas, estos son cinco equipos que, si entran a postemporada parecen tener elementos para sorprender a más de uno.
El equipo de Jonathan Gannon empezó la temporada con marca 1-3 y posteriormente dieron un giro de 180 grados para continuar con marca de 6-1 en sus últimos siete juegos.
La ofensiva tiene demasiado poder de ataque: Kyler Murray está jugando a un gran nivel, eficiente y capaz de hacer jugadas explosivas con sus piernas. James Conner es imparable en el esquema terrestre de Drew Petzing que parece haber encontrado el antídoto ante la defensa two-high safeties que predomina en la liga. Marvin Harrison Jr. y, sobre todo, Trey McBride son portentos físicos que dominan en el juego aéreo en distancias medias y largas y produciendo post recepción.
Defensivamente carecen de estrellas y playmakers más allá de Budda Baker, pero han encontrado éxito en la rotación de pass rushers y dependiendo de las coberturas personales de talentos emergentes como Starling Thomas o Garrett Williams.
En general es un equipo tremendamente bien entrenado, capaz de vencer a cualquier rival que tenga una debilidad obvia o que no tenga tanto talento. Si entran a postemporada, sencillamente podrían avanzar a ronda divisional sin ser una sorpresa.
Bo Nix es la enésima prueba de dos cosas en la NFL respecto a los quarterbacks novatos.
- El entorno importa más que cualquier otra cosa: no es lo mismo llegar a un equipo con Sean Payton como Coach y una buena defensiva que es capaz de mantener los partidos en rango de competencia que llegar a un equipo con un Head Coach primerizo donde se requiere que el novato sea el salvador.
- Las repeticiones importan más que los highlights: a sus 24 años es uno de los QB’s novatos más “veteranos” debido a los años que decidió permanecer en la Universidad de Oregon, pero ha demostrado que fue la apuesta correcta, pues tiene repeticiones y experiencia de sobra en ciertas situaciones que requirieron solamente adaptarse al ritmo NFL.
Con un Bo Nix tan eficiente, el juego de pases pantalla que está trabajando a la perfección en el esquema Payton, y una defensiva tan fuerte como la de Vance Joseph, no es difícil imaginarlos sorprendiendo a un equipo de los llamados favoritos en postemporada. Al final, estuvieron a un gol de campo de ser ellos los que les quitaran el invicto a los Chiefs y solo ante los implacables Ravens se han visto dominados.
Pocas cosas hay más seguras en el mundo del football que el efecto Harbaugh. El drástico cambio que hizo en Stanford, 49ers y Michigan volvió a repetirse en Los Angeles.
Esto es lo que ganas cuando tienes un Coach que tiene bien claro sus principios y fundamentos. No es un equipo espectacular y tampoco sueles ver a sus jugadores en los highlights de la semana, pero diría que es uno de los equipos más complicados de vencer en la NFL.
El talento de Justin Herbert es demasiado para encajonarlo en una ofensiva en la que sólo se le pide entregar el balón a sus corredores, el reto era integrar ambas filosofías (el brazo de Herbert y la mentalidad terrestre de Harbaugh) sin corromper ninguna. Tomó tiempo, fue difícil, pero poco a poco están llegando a ese balance. Herbert no necesita ser el héroe como estaba acostumbrado, ahora es una mezcla entre complemento y arma secreta que es desatado cuando el partido lo requiere pero que sigue recargándose en su ataque terrestre para diezmar a sus rivales, todos protegidos por una defensiva que es física, agresiva y efectiva.
Han ganado cuatro juegos consecutivos, la ofensiva ya no se estaciona en la marca de los 18-20 puntos y, por si fuera poco, hay que recordar que es el primer año juntos de este combo Harbaugh-Herbert, conforme siga avanzando la temporada la tendencia indica que seguirán creciendo.
No hay tintas medias y tampoco hay mucha esperanza. Está muy claro el camino para que Bengals sea un equipo de postemporada: arreglar la defensiva.
En este punto de la temporada suena como algo difícil de conseguir si no se ha logrado en los primeros dos meses y medio, pero sigo creyendo que el ingenio de Lou Anarumo encontrará la forma para que las fugas defensivas no sean tan drásticas considerando que hay una evidente falta de talento. El punto optimista es que a los Bengals no se les pide la mejor defensa de la liga, es más solo necesitan una unidad que pueda cerrarse en los 20-24 puntos porque del otro lado del balón está un Joe Burrow jugando a nivel MVP y un Ja’Marr Chase que apunta a ganar la triple corona de receptor esta temporada.
Ambos están teniendo, estadística y funcionalmente, su mejor temporada en la NFL y está siendo desperdiciada. Un ajuste bastaría para que los Bengals pudieran meterse en la lucha de playoffs, y con ello esa ofensiva le daría dolores de cabeza a alguno de los equipos más sólidos de la AFC.
El inicio de temporada no pudo ser peor, lesiones de Cooper Kupp y Puka Nacua, tres de sus cinco linieros ofensivos titulares fuera, defensivos fuera y sus novatos recién empezaban a tomar ritmo. Empezaron con marca 1-4 pero ese era el mínimo indispensable, iniciado octubre, empezaron a recuperar activos y desde la semana 7 solo han perdido uno de sus últimos cinco juegos.
Matthew Stafford está jugando en uno de los niveles más eficientes de su carrera hablando de los pocos errores que comete, eso ha permitido que Kupp y Nacua puedan seguir dosificando el esfuerzo mientras avanzan en la disponibilidad total de su físico.
Aunado al arsenal ofensivo, la irrupción de los novatos Brandon Fiske y, sobre todo, Jared Verse, les ha dado a los Rams un impulso competitivo en una unidad que parecía no tendría mucho nivel esta temporada y ha sorprendido por la rápida adaptación a la liga. Verse es una de las próximas superestrellas de la NFL y, cobijado por esa terna ofensiva y el esquema McVay, no me sorprendería un ápice verlos avanzar en enero.