Solo son cuatro semanas las que restan para el final de la temporada. Ya no habrá más equipos descansando y eso conlleva tener, cada jornada, 16 partidos que se disputarán a cara de perro. De esos 16 de esta semana 15, hay tres duelos que me llaman especialmente la atención. Partidos que tienen, como principal componente, el lugar que pueden ocupar los correspondientes protagonistas en el cuadro de playoffs de ambas conferencias.
Cuando parecía que la temporada se acababa para los chicos de Todd Bowles, las cuatro derrotas consecutivas de los Atlanta Falcons les han hecho reengancharse a la pelea por el título divisional. No solo eso, si no que, ahora mismo, son líderes de la NFC Sur en solitario. Los de Tampa son un conjunto muy duro en las tres fases del juego. Quizás no son los mejores en nada, pero juegan muy bien al football americano en muchos momentos de sus encuentros. Su defensa es capaz de provocar turnovers y de hacer jugadas desde la línea de scrimmage, ya sea con sus líneas defensivos o con los blitz tan agresivos que son marca de la casa en los esquemas de Bowles. En ataque, Mayfield alterna grandes jugadas con una toma de decisiones más que dudosa. Sin embargo, al final del día, creo que el quarterback ayuda mucho más de lo que perjudica.
La vuelta a los terrenos de juego de Mike Evans es un plus para un ataque que no ha dejado de producir desde las lesiones del propio Evans y de su compañero en el exterior Chris Godwin. La tripleta de running backs con la que cuentan los Bucs funciona realmente bien. Rachaad White jugó a gran nivel ante los problemas físicos de Bucky Irving, quién se ha convertido en una de las revelaciones de la temporada. Además, Sean Tucker es capaz de hacer daño en terceros downs, ya sea en el juego de carrera o por aire. Los tres se complementan muy bien y pueden mover cadenas corriendo por dentro, por fuera o recibiendo en situaciones cortas de screen. Con este juego terrestre, y con la vuelta de Evans, Mayfield le da a su equipo los recursos suficientes para ir anotando puntos.
En la imagen de arriba, podemos ver una acción donde el quarterback y Mike Evans son peligrosos. Los Buccaneers alinean una formación muy pesada, con un línea ofensivo extra, dos tight ends y con el running back en el backfield. Al ser tan pocas yardas, la amenaza de carrera obliga a la defensa a colocar hasta diez jugadores pegados a línea de scrimmage. Todo esto le permite a Tampa aislar a Mike Evans en el exterior con un cornerback. La superioridad física del receptor suele ser, de por sí, una clara ventaja, pero es que, además, su calidad técnica le da un plus. Nada más recibir el balón, Mayfield se gira hacia Evans y le pone el balón muy arriba, imposibilitando que el cornerback llegue ahí. La acción individual de Evans es extraordinaria, consiguiendo el touchdown con una recepción marca de la casa.
Al otro lado están unos Chargers que volvieron a demostrar, en el último Sunday Night Football, lo duros que son. Las múltiples bajas en su ofensiva dieron alas a una defensa que controló bastante bien el partido durante tres cuartos y medio, dejando a los Chiefs en muy pocos puntos y dándole opciones al ataque de entrar en el encuentro. Sin embargo, es evidente que sin JK Dobbins y sin el rookie McConkey, todo se vuelve mucho más complicado para Justin Herbert, quién sigue dejando claro, partido a partido, que es élite en la posición.
El equipo de Jim Harbaugh va a necesitar un extra de Edwards y de Vidal desde el backfield. Me gustó bastante la aparición de Vidal el pasado domingo en las carreras por el exterior, dónde demostró tener una buena explosividad 'doblando la esquina' y una lectura adecuada para poder cortar hacia dentro cuando por fuera el camino se cerraba. Si pueden correr, y McConkey es de la partida, Herbert encontrará espacios para ir por aire y castigar a los defensores de la zona media. Si la carrera no funciona, la presión de Bowles será constante.
Partido muy atractivo de dos equipos que están jugando un gran football en este curso. Las bajas a ambos lados están complicando las cosas, pero es muy posible que ambos consigan el objetivo que traen para estas últimas semanas. Un objetivo que no es otro que mantenerse vivos en el mes de enero.
Si hablábamos de bajas por lesión en el anterior encuentro, para este hay otro equipo que está sufriendo una epidemia en su lado defensivo. Los Detroit Lions se están desangrando por su front-7. La que más daño hace es la de Aidan Hutchinson, pero la verdad es que toda su línea defensiva ha caído y eso lo hace todo mucho más complicado. La presión al quarterback rival es casi inexistente solo con los cuatro de vanguardia, por lo que Aaron Glenn tiene que buscar el blitz demasiadas veces, algo que puede funcionar en un momento dado, pero que, a la larga, terminará siendo un problema.
El pasado jueves, los Lions hicieron un gran ejercicio de supervivencia ante unos Packers que los llevaron al límite y que jugaron de la mejor manera que se puede hacer frente a este equipo. Dicho esto, es admirable cómo el conjunto de Dan Campbell sabe reponerse a las adversidades para terminar imponiéndose al rival de turno. El head coach recibió críticas por los cuartos downs que se jugó en situaciones dónde, lo normal, es ir a lo más práctico. Este es un debate extenso, pero mi opinión no ha cambiado desde que he visto como el equipo responde: nadie dentro de ese vestuario quiere jugar de otra manera a como lo está haciendo su entrenador, por lo que nada tiene que cambiar.
Enfrente estará una de las tres o cuatro mejores escuadras de 2024, con un Josh Allen el cual es el principal favorito para el MVP. Con esto sobre la mesa, el pasado domingo mostraron demasiadas debilidades frente al ataque de Sean McVay y sus Rams. Es cierto que hay muy pocos entrenadores en la liga con la capacidad para montar ofensivas al nivel de McVay, pero, para peligro de los Bills, en esta semana se enfrentarán a uno que se le acerca mucho al genial entrenador del equipo angelino. Ben Johnson está haciendo un trabajo sensacional en Detroit, y cada día podemos ver situaciones nuevas que le dan puntos, con mucha facilidad, al grupo comandado por Jared Goff.
Para mí, una de las claves será ver si la defensa de los Lions es capaz de minimizar el daño que le puede provocar Josh Allen en jugadas rotas. Los Lions defienden muchas veces en individual y, como os decía antes, necesita del blitz para presionar al quarterback rival. Con estos ingredientes, las posibilidades de ver a Allen saliendo del pocket aumentan. Cuando una defensa juega en individual, le da la espalda al quarterback persiguiendo receptores, y eso es lo que aprovechan estos pasadores móviles para atacar corriendo la zona media. Las bajas en el cuerpo de linebackers de Lions deja a Jack Campbell como único bastión posible ante este peligro. Otra de las claves será el juego de carrera de los Bills y la importancia que debe tener James Cook en él.
Aquí arriba podemos ver una carrera donde Cook muestra una gran lectura del gap abierto y una magnífica explosividad una vez que cruza la línea de scrimmage. Los Bills ejecutan la jugada de carrera llamada "DÚO", dónde se hacen dobles bloqueos por dentro de la OL, dejando al linebacker que ataque los gaps interiores y que sea el running back quién elija si va por dentro o por fuera. Si el linebacker arranca hacia el interior, el running back cortará hacia fuera. Si el linebacker salta a tapar los gaps exteriores, el corredor intentará correr por dentro. Cook lee el gap abierto por el exterior y corta hacia allí, reconociendo como la llegada del safety y ejecutando un excepcional corte para evitar el tackle y enfilar la banda para alcanzar la zona de anotación con su velocidad. Si los Bills pueden correr, manejarán mucho mejor el tempo del partido y no irán a remolque en el marcador, como sucedió con los Rams en la semana anterior.
Si no pasa nada raro, este encuentro tiene visos de convertirse en uno de los mejores de toda la temporada. En Detroit estarán dos absolutos equipazos, los cuales están llamados a aspirar a verse las caras de nuevo en febrero en la ciudad de New Orleans. No se lo pierdan.
A la misma hora que se enfrentan los Lions con los Bills, lo harán otros dos equipos en un grandísimo estado de forma y que ostentan el liderato de su respectiva división. Los Eagles y los Steelers quieren dar un golpe definitivo a su candidatura por el título de su grupo, así que este encuentro se presenta vital para llegar con mucha más tranquilidad al tramo final de la temporada regular.
Cuando parecía que todo había cambiado en Philadelphia, y que la racha ganadora de los dos últimos meses colocaba a los de Siriani con muchas posibilidades de pelearle el seed uno a los Lions, una bomba ha caído en el vestuario tras el encuentro frente a los Carolina Panthers. Es evidente que Saquon Barkley y el juego de carrera de los Eagles sigue siendo de lo mejor de la liga, sin embargo, no se puede decir lo mismo del juego de pase. Jalen Hurts presenta dudas en sus dropbacks, se deja receptores abiertos por todo el campo y no acaba de mover cadenas con sus lanzamientos. La amenaza del big play siempre está ahí, pero es verdad que el ritmo en el juego aéreo no existe y que comienzan a ser una ofensiva demasiado previsible para sus rivales. Las palabras de AJ Brown en el vestuario, tras el enfrentamiento ante los Panthers, han caído como una bomba, por lo que el clima que ahora reina alrededor de la franquicia no es nada bueno. Todo lo contrario que ocurre con el rival al que se enfrentan en esta semana 15.
Los Pittsburgh Steelers viven en continua alegría. El otro día, sin George Pickens, volvieron a ser un ataque con mucho poder de anotación, y Russell Wilson sigue asombrando a propios y extraños con su juego. Mientras tanto, su defensa es dominante y somete a los rivales bajo el yugo de sus dos linebackers exteriores. TJ Watt y Alex Highsmith son una constante presión al quarterback desde las alas. Además, Cam Heyward vive en una segunda juventud y su juego está alcanzando el máximo nivel. Con esto sobre la mesa, la idea principal de los Steelers será frenar la carrera de Saquon Barkley y poner el partido en las manos de Jalen Hurts.
En la secuencia de arriba tenéis un ejemplo de una de las carreras más efectivas que juega el equipo de Nick Siriani. Con Hurts en pistol formation y Barkley detrás de él, los Eagles van a usar a dos jugadores en pull para bloquear el exterior del lado contrario. Nada más lanzar el snap, Becton (guard izquierdo), y uno de los tight ends, salen de la línea para bloquear al otro lado. Barkley recibe el balón a la mano y va leyendo cómo se abre el gap exterior para cortar y encaminarse, sin que nadie lo toque, hasta la zona de anotación. La explosividad y el poderoso tren inferior del corredor hacen que cualquier tipo de corte lo ejecute de una manera fantástica. El peligro de la big play siempre está presente cuando Saquon Barkley tiene el balón en sus manos.
Este es un encuentro el cual nos puede decir mucho de hacia donde deben mirar ambas franquicias. De ganar, Eagles y Steelers tendrán como meta, de aquí al final de la temporada regular, el seed uno de su conferencia. El que pierda, sin embargo, tendrá que estar más pendiente del que viene por detrás para no perder el factor campo, que les daría el titulo divisional, en la primera ronda de estos playoffs.