Viendo cómo después de mes y medio de competición, la NFL no tiene, ni remotamente, un equipo que haya levantado la mano para decir que esta temporada ellos son los que marcan la pauta, de repente, los Kansas City Chiefs empiezan a jugar de una manera que invita pensar que pueden volver a llegar muy lejos. Olvidémonos de los récords de todos los equipos por un momento –al fin y al cabo, todo está muy parejo– y fijémonos en quién está jugando a mejor nivel y quién tiene menos vulnerabilidades. Y si nos preguntamos eso, la respuesta pueden ser los Chiefs.
Hacía ya varios años que no veíamos a Mahomes ni al ataque de los Chiefs mostrar la potencia que están enseñando esta temporada. Las últimas dos o tres temporadas, debido a la falta de explosividad y también a la falta de talento que rodeaba al mejor jugador de la NFL, Kansas City asumió una filosofía de eficacia por encima de la espectacularidad. Si un primer down requería ganar cuatro o cinco yardas, encontraban la manera de ganarlas. Si un tercer down necesita un par, las conseguían. Desaparecieron las jugadas de fuegos artificiales casi por completo, con Andy Reid y Matt Nagy poniendo todos sus esfuerzos en crear un ataque eficiente por encima de lo explosivo. Esto no era lo más espectacular de ver, muchas veces se les veía cortos de recursos y muchas veces era la defensa la que tenía que sacar las castañas del fuego y Mahomes hacer magia cuando no quedaba más remedio, pero en el ínterin ganaron varias Super Bowls.
Sin embargo, estas últimas semanas todo ha cambiado. En las dos últimas jornadas, el ataque de los Chiefs ha tenido más de 10 jugadas explosivas (de 10 yardas o más) por partido. En los 20 partidos anteriores ha acumulado un total de uno superado esa cifra. La historia se cuenta sola… Y para quien piense que esto es solo una cuestión de ser más verticales, más agresivos en profundo, no es así en absoluto. Por supuesto que Mahomes tiene una mayor voluntad de atacar más agresivo y disparar bombas de más de 20 yardas; pero la auténtica clave es que están consiguiendo ser explosivos generando ventajas de banda a banda, es decir, ganando horizontalmente para convertir eso en ganancias verticales. ¿Cómo puede ser esto? Con rutas cruzadas, conceptos de ataque en dos alturas poniendo en conflicto a LBs y Safeties y también con creatividad por detrás de la línea de scrimmage, con jet swips, screens, bubbles… Todo esto para generar ventajas que abran la puerta a grandes ganancias. Está siendo un delicia presenciarlo y, al mismo tiempo, esto nos ha devuelto a la mejor versión de Patrick Mahomes, que ha pasado de tener que gestionar un ataque con recursos mínimos a disfrutar con una cantidad de armas que le permite brillar y sacar lo mejor de su talento. Le estamos volviendo a ver disfrutar sobre el campo.
La vuelta de Xavier Worthy ha sido clave no solo por su producción individual sino por los espacios que genera para otros… y esta semana vuelve Rashee Rice, por lo que podemos esperar una ofensiva aún más potente.
El despliegue de los Chiefs por sí mismo invita a empezar a considerarlos favoritos pero las penurias de los otros equipos considerados grandes favoritos en la Americana refuerza incluso esa idea. Los Ravens están deshechos y tiritando a la espera de recuperar a Lamar Jackson y otro buen puñado de lesionados, mientras los Bills se han mostrado preocupantemente vulnerables las últimas dos semanas, con agujeros en defensa que les restan muchas opciones a la hora de pensar que puedan llegar lejos.

Bijan Robinson devora la esperanza de los Buffalo Bills
La noche del lunes en Atlanta, los Buffalo Bills vieron como su autoestima y sus esperanzas de ser el legítimo favorito en la Conferencia Americana se hacían añicos, mientras Bijan Robinson les pasaba por encima de la manera más cruel e imparable que le hemos visto en mucho tiempo, mientras la defensa del equipo del Oeste de Nueva York se quebraba una y otra vez y era incapaz de ofrecer la más mínima oposición o respuesta. Fueron 238 yardas totales y un touchdown que se clavaban como un puñal en el corazón de una unidad defensiva que no parece tener lo necesario para competir contra los grandes equipos de esta liga.
Pero no fue solo Robinson, ni siquiera un Drake London, que también firmó un partido extraordinario; fue también el pass rush de la defensa de Atlanta que consiguió maniatar a Josh Allen como pocas veces hemos visto en los últimos años, en la mitad de sus dropbacks Allen tuvo que lidiar con presión (ese 44% de presión es el mayor porcentaje que los Bills han permitido en toda la temporada) y los terceros downs fueron una pesadilla para el vigente MVP. Buffalo está en problemas, no tanto por las dos derrotas consecutivas sino por la imagen mostrada en las mismas.
Respecto a los Falcons, si son capaces de limpiar esa irregularidad, demostraron que pueden ser un equipo a tener en cuenta. Cuando están a su máximo nivel, pueden ganar a cualquiera. Con Robinson dominando por tierra, Penix poniendo a funcionar a todos y, sobre todo, con una defensa que está protagonizando un crecimiento muy esperanzador. Porque ya hemos hablado de puss rush, pero lo que hicieron AJ Terrell y Jessie Bates en la secundaria es para esperanzarse de verdad.

Baker Mayfield es el MVP de lo que llevamos de temporada
Sin su receptor de referencia, que ha pasado de las mil yardas en todas y cada de las temporadas que ha jugado en la NFL, Mike Evans; sin su WR especialista en ganar por el interior y ponerle las jugadas de posesión sencillas, Chris Goodwin; sin su nueva super estrella rookie, Emeka Egbuka (que se lesionó durante el partido); sin su RB1, Bucky Irving y con todo el lado derecho de su OL jugando con suplentes porque los titulares están lesionados. Así es como Baker Mayfield está siendo capaz de brillar por encima de todos los demás QBs de la NFL esta temporada.
El mérito que tiene este jugador, que hace no tanto había sido descartado y enviado a la papelera de reciclaje, que se le había puesto la etiqueta de no poder ser un QB titular en esta liga, es realmente inmenso. Mayfield está jugando con una inteligencia y un liderazgo impresionantes pero lo que más llama la atención es su determinación en los momentos de la verdad. En este partido, además, lanzando pases a sus WR4, WR5 y WR6. No se está terminando de poner en valor el mérito que esto tiene.
Los Bucs se colocan 5-1 a pesar de todas las lesiones que acumulan, no están poniendo excusas y, a lomos de su QB, están demostrando ser un equipo que sabe ganar a pesar de las circunstancias.
Mayfield mezcla una sobriedad e inteligencia tremendas en el entendimiento del juego con momentos de auténtico héroe cuando el partido lo requiere. Ese 3ª y 14 en el que Mayfield está completamente atrapado y condenado —o al menos eso parecía– al sack pero acaba escapando, nadie sabe cómo, y convirtiendo una situación desesperada en un primer down logrado con sus piernas es de auténtica locura. El pase profundo a Tez Johnson (con una cobertura terrible por parte de 49ers, todo hay que decirlo) desató los cánticos de MVP en el estadio y, en general, estamos ante un jugador que está elevando a su equipo como ningún otro en la liga.
Ahora mismo los Bucs tienen el mejor récord de la NFL, 5-1, y no hay motivos para pensar que no puedan seguir compitiendo al máximo nivel, sobre todo si van recuperando efectivos poco a poco. Mientras, Baker Mayfield se encarga de sostenerlos.
Al mismo tiempo, hay que darle sus flores a Todd Bowles, que está haciendo un trabajo extraordinario entrenando a ese equipo y construyendo una defensa que no va sobrada de talento pero que colectivamente es capaz de hacer mucho daño a las ofensivas rivales. Los Bucs nunca reciben mucha atención ni son considerados para grandes logros pero llevan cuatro años seguidos ganando su división, ahora mismo están en la cima de la NFL y están demostrando que pueden competir con cualquiera. Mejor tenerlos en cuenta y no descartarlos para nada en absoluto.